Pilar Roig aborda la restauración de la iglesia de los Santos Juanes con la misma fuerza que empleó en San Nicolás y en la cúpula de la Basílica. «Es el sueño de mi vida», dice. «Eso dije el día de la presentación del proyecto de restauración de los Santos Juanes junto a Hortensia Herrero y el cardenal Cañizares». «Es verdad que San Nicolás también lo era, pero aquí hay un valor añadido, el sentimental», añade. Su padre, Luis Roig d'Alós (València, 1904-1968) y primer catedrático de Restauración de España, estaba trabajando en la rehabilitación de la bóveda de Vergara de la Capilla de la Comunión cuando se arrancaban las pinturas de Antonio Palomino.
«Tenia 18 años, mi padre sufrió mucho porque a la vez que estaba haciendo eso, veía como en la nave central, unos señores estaban haciendo algo que no tenían que hacer», cuenta. «Mi padre acabo la cúpula y se murió, con 63 años. Esto fue muy fuerte. Encima la Capilla de la Comunión se cerró porque solo había hecho la cúpula y fue un trastero».
«Año tras año desde que soy profesora en la universidad, y llevo 37 años, he venido con mis alumnos a que vieran la cúpula de Vergara». Ese es el espíritu de Pilar Roig (València, 1949), la catedrática e investigadora del Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universitat Politècnica de València que ha devuelto el esplendor a San Nicolás y de fama mundial por haber dirigido en la ciudad etíope de Lalibela, la recuperación de once iglesias del siglo XII construidas a la roca.
Le queda un año para jubilarse, pero en los Santos Juanes estará cuatro como mínimo. Trabajar para la Fundación Hortensia Herrero «es un privilegio y una tranquilidad».
Solvencia
Conoce al detalle cada rincón de los Santos Juanes. Desde los años noventa cuando coordinó una investigación. Fue cuando se colocó el andamio aéreo que aún permanece en la cúpula y se les autorizó a bajar un panel de las pinturas y consiguieron un tratamiento digital de una fotografía en blanco y negro de los veinte donde se contemplan todos los frescos antes de 1936. Una circunstancia, que junto con su conocimiento sobre Palomino hace que sea la restauradora perfecta. «Nos hemos vuelto especialistas en Palomino y su discípulo [Dionís Vidal el pintor de San Nicolás] porque hace lo mismo».
Con tanto camino recorrido, Pilar Roig dispone en su cabeza de una recreación de como quedará tras las restauración. «Es la mejor iglesia de València», asegura. «Está es un sitio privilegiado, pero a veces se olvida el entorno del monumento», por eso adelanta que «el conjunto va a quedar fantástico, porque hay mucha compenetración entre lo que es el entorno y la iglesia». En su opinión, la intervención en los Santos Juanes va a cambiar la visión de este triangulo de oro, con la iglesia, la Lonja y el Mercat. Está en contra que pasen los coches por la puerta lateral del templo y aboga por la peatonalización de la zona. Si encima se recupera la escenografía barroca y «les covetes», será imponente.