El valenciano eros recio, el primer bailarín profesional con Síndrome de Down, transformó ayer el espacio ante el mostrador de llegadas del aeropuerto de Manises en un gran escenario de danza con su proyecto «En busca del Fin del Mundo». El objetivo del espectáculo era conmemorar los cuatro siglos de la llegada a la Antártida y las islas de Diego Ramírez, así como reivindicar la presencia de personas con discapacidad en los ámbitos artísticos.
Espectáculo