Como un evento «contra la turismofobia» que lejos de «destruir ciudades» se convierte en «una bomba de construcción masiva». De esta forman califican sus promotores el evento gastronómico Valencia Culinary Festival. Una iniciativa que ha conseguido situar València a la cabeza del turismo culinario en apenas dos años, lo que ha hecho realidad aquello que tanto se ansía desde la Oficina de Turismo de la ciudad: desestacionalizar e internacionalizar València como destino turístico.

Concebido como un intercambio de conocimientos, técnicas y culturas entre los chefs de la alta cocina valenciana y extranjera, Valencia Culinary Festival vuelve al para «rearmar en clave de calidad el futuro» del sector turístico, indicó ayer durante la presentación del festival el secretario autonómico de Turismo, Francesc Colomer.

Bernd H. Knöller, del Restaurante Riff, fue quien puso sobre la mesa la propuesta de realizar el festival. «Se realizaba en Alemania, donde en una ciudad se llegó a concentrar a más de 50 estrellas michelín en tan solo 15 días y me pregunté por qué no hacerlo aquí», ha relatado Knöller. «Se trata de una manera de revalorizar València como destino turístico ahora que cada vez hay más viajeros gastronómicos», reconoció.

De esta forma, y siempre teniendo en cuenta que la «alta cocina no es sinónimo de lujo, sino de calidad», la ciudad de València llegará a albergar a una decena de estrellas Michelin. Y es que hasta once chefs valencianos invitarán a otros once colegas de cinco nacionalidades para cocinar menús «a cuatro manos» con productos locales. Una «gastronomía innovadora», incidió el director de Turismo en València, Toni Bernabé, «siempre partiendo de las raíces». Pese a codearse con tantas estrellas Michelin, el festival pretende huir de la cocina de laboratorio para acercarse a la huerta de proximidad.

Asimismo, esta tercera edición acogerá una cena conjunta con todos los chefs participantes. Tendrá lugar el 3 de marzo y se celebrará en la cocina del Veles e Vents, «donde cocinaremos todos juntos y haremos mucho ruido», reconoció Knöller.