El poeta Francisco Brines (Oliva, 1932), uno de los últimos supervivientes de la Generación de los 50 y miembro desde 2006 de la Real Academia Española, decide ante el ocaso de una vida dedicada en cuerpo y alma a la cultura en general y la poesía en particular, preservar su legado material con la Fundación que lleva su nombre, apoyar decididamente la poesía, pues «la educación de la ciudadanía, porque la poesía es un método de enseñanza para la democracia».

Quien atesora premios como el Nacional de Literatura, el Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, el Internacional de Poesía Federico García Lorca y el Nacional de la Crítica, el autor de obras como Las brasas y Palabras a la oscuridad señala: «Cuando se escribe poesía, si se actúa con honestidad, aparecemos siempre nosotros mismos al final y descubrimos cómo somos cuando nos vemos».

«Esa es la importancia que le doy a la poesía: si es honesta, es iluminadora, es un espejo en el que se asoma el rostro del que la escribe», confiesa desde Oliva, donde acaba de tener lugar la primera reunión del patronato de la Fundación.

A su juicio, la poesía «hace falta siempre» y ejerce «una función pedagógica profunda, pues cuando uno escribe poesía desde su verdad no se miente a sí mismo, sino que trata de conocerse. Lo que ocurre es que el ser humano cree que se conoce a sí mismo mucho más de lo que se desconoce».

Dos premios

La Fundación nace con el apoyo de instituciones como la Generalitat y el Ayuntamiento de Oliva, mientras que las bases y el jurado de los dos premios se darán a conocer próximamente aunque cuentan ya con el respaldo de las editoriales Pre-Textos y Renacimiento.

«Mi deseo es que sean dos premios respetados en sus respectivos ámbitos lingüísticos, premiar dos buenos libros de poesía y asegurar su difusión», señala para matizar que no ve oposición, «sino todo lo contrario, entre la poesía en lengua castellana y catalana, o entre la poesía en lengua catalana y gallega, o entre la vasca y la asturiana».

Las poesías «no deben ni pueden estar en lucha entre ellas, eso es una locura. Todo lo que da la poesía es bueno», proclama.

Y remarca su ambición de que al galardón en lengua española opten también poetas hispanoamericanos: «Permitirá que el premio llegue a otras latitudes y relacione a los distintos poetas de una misma lengua común», añade el también ensayista, quien fue lector de Literatura Española en la Universidad de Cambridge y profesor de español en Oxford.

Francisco Brines fue compañero de otros autores que se opusieron, en verso o en prosa, al régimen franquista como José Ángel Valente, Claudio Rodríguez, Ángel González, Jaime Gil de Biedma, Carlos Barral, José Agustín Goytisolo, Carmen Martín Gaite, Ana María Matute y Rafael Sánchez Ferlosio.

Cuando recibió en 2010 el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana, defendió el valor de los poemas para fomentar la comprensión del prójimo y en una de sus últimas intervenciones ante la prensa, en 2016, declaró: «Afortunadamente, vivimos en una época en que la tolerancia es mucho más viva y abundante que la intolerancia».