Los alumnos del Centro de Educación Especial Ruiz Jiménez de València han cambiado los bolígrafos y los pictogramas por el martillo, la lija y el taladro. Desde hace cuatro semanas, los 12 estudiantes del Programa de Formación y Cualificación Básica de Artista Fallero de este centro valenciano construyen la que será la tercera falla del Centre del Carme. «3D Graffiti» -como se denomina este monumento infantil- se ha construido con la colaboración de PichiAvo y se instalará mañana junto a mural de los grafiteros en el claustro renacentista.
«Ellos hicieron el diseño de la falla y nosotros la hemos construido con mucho mimo. Hemos sido un buen equipo», apunta Oscar Hilario, profesor y creador del programa de arte fallero en este centro, una iniciativa pionera en España. «Para ellos es muy emocionante, sobre todo porque les obliga a utilizar herramientas que les estaban prohibidas», bromea, ya que según Hilario, sus alumnos oyen cada día la siguiente frase: «Eso no se toca». «Están muy sobreprotegidos por la sociedad y por sus familias. No queremos que se hagan daño, pero a la vez, tienen que probarse a sí mismos», reconoce. Este grupo de «artistas falleros» está integrado por estudiantes con síndrome de down, asperger y autismo. «Hacer este proyecto ha sido toda una aventura para ellos. Son conscientes que están haciendo algo que la gente va a admirar en el Centre del Carme. Es un chute de autoestima muy bestia», valora el profesor. Según Hilario, al principio «los padres se mostraron reacios», ya que los alumnos -de entre 16 y 23 años- tenían que utilizar herramientas peligrosas», pero al comprobar de lo que eran capaces de hacer «se sorprendieron mucho». «Ahora están encantados. Cuando a estos alumnos les das la mínima oportunidad, enseguida te demuestran todo lo que valen. He aprendido muchísimo con ellos», asegura.
La falla estará formada por siete rótulos diseñados por PichiAvo con las palabras: «Falles», «Cremà», «Festa», «Urban», «Street», «Flama» e «Inclusió». Esta última fue sugerida por los 12 alumnos del centro. «PichiAvo han querido relacionar el arte urbano con las Fallas, dos manifestaciones artísticas que forman parte de la calle», explica el profesor. Cada rotulo mide 3 metros de largo por 1,5 metros de alto. «Estos grafiteros no trabajan con corcho, por lo que nosotros nos hemos tenido que adaptar. Los rótulos son de madera de pino y se han construido de la manera más natural posible», apunta.
«3D Graffiti» se encuentra en consonancia con la Falla Municipal, creada por PichiAvo en el taller de Latorre y Sanz, y con la muestra de estos grafiteros en la Sala Refectorio del Centre del Carme.
La plantà se realizará mañana, justo antes de su presentación ante la prensa. Los 12 alumnos participarán activamente en este acto tan «simbólico» para ellos. «Están impacientes. Solo hacen que preguntarme cuándo lo podrá ver la gente», asegura Hilario. Según este profesor, todavía no han acordado cómo dispondrán los rótulos. Aunque él cree que se instalará una estructura en el centro del claustro renacentista para poder erigir los rótulos. «Nosotros nos llevaremos materiales para fijar esta estructura», añade. «Estoy muy emocionado», confiesa, aunque no es la primera plantà que para este profesor. Óscar Hilario comenzó a trabajar como artista fallero en el taller de Latorre y Sanz y después pasó a formar parte del equipo de Manolo Martín, aunque siempre tuvo el «gusanillo» de la docencia. «Organizaba talleres para la gente que quería aprender cosas sobre las Fallas. Hasta que hace dos años tuve la oportunidad de crear el Programa de Formación y Cualificación Básica de Artista Fallero», explica. Tampoco es la primera vez para sus alumnos. Cinco de ellos hicieron prácticas profesionales en los talleres de Ciutat Fallera. «Los artistas falleros quedaron encantados y querían repetir con ellos. Mis alumnos tienen algunas limitaciones, pero ninguna de ellas se ve en el trabajo. Son igual de creativos e igual de eficientes que los demás», defiende Hilario.
«6.000 visitantes a la semana»
El Consorci de Museus de la C. Valenciana ha decidido apostar por la inclusión en esta tercera falla, como ya lo hizo con el programa «Altaveu», una convocatoria que intentaba visibilizar iniciativas de carácter social.
Tanto la muestra de PichiAvo como la falla infantil serán los reclamo de este año para el Centre del Carme durante la semana de Fallas, ya que la entidad espera que el centro de arte vuelva a convertirse en un lugar de peregrinación para los amantes de las Fallas como ya lo fue el año pasado con Okuda San Miguel. Según el director del Consorci, José Luis Pérez Pont, el «efecto fallero» ya se nota estos días en el Centre del Carme, ya que según los datos de la entidad, el antiguo convento ha pasado de recibir 3.000 visitantes a la semana a 6.000 a causa de la muestra y el graffiti situado en el claustro renacentista.
«Los museos no pueden permanecer ajenos a las dinámicas de la propia sociedad. Las Fallas de València son un elemento patrimonial de primer orden. Al Centre del Carme le corresponde apoyar aquellos lenguajes artísticos que tienen que ver con la experimentación artística en el campo de las Fallas», explica Pérez Pont. Según el director, el arte urbano «ha dado pie a una reflexión necesaria en la sociedad». «La sociedad vincula lo feo con la ruina y el daño patrimonial. Es una cuestión de percepción estética, y PichiAvo nos ha hecho darnos cuenta de eso», apunta.
