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Entrevista

Luis Canut: "Una novela de humor es más difícil de escribir que una de misterio"

«Creo que los valencianos somos gente que, en general, caemos bien porque nunca hemos sido problemáticos»

Luis Canut: "Una novela de humor es más difícil de escribir que una de misterio"

«Mi padre se había presentado en mi anterior sueño para darme un mensaje urgente y muy significativo para nuestra familia. Quería que fuera el primer miembro de la familia Canut Guillén en ser fallera mayor de València». Este hombre que se aparece en sueños es Juan Antonio Canut, un valenciano afincado en Madrid que fue eminencia de la odontología en España. Y al que se le aparece es a su hijo Luis, productor y guionista que ahora ha debutado en la novela con El hombre valenciano que quiso ser fallera (ed. Suma de letras), una historia entre la ficción y la realidad surgida del mundo de Instagram. «Me costó mucho ponerme a escribir porque yo leo mucho y le tengo mucho respeto a la literatura -asegura Canut-. Sé que mi libro no es para grandes lectores, y yo lo único que busco es que nadie se sienta defraudado cuando lo lea».

P Con lo difícil que es ser fallera, usted que tiene excusa, ¿por qué quiere serlo?

R Esta historia surge por lo complicado que es ser fallera. Yo no sé cómo son las fiestas en otras regiones, pero estoy prácticamente seguro que no hay proceso tan complicado como éste. Aunque también es verdad que ninguna reina de ninguna fiesta es tan importante como una fallera mayor.

P ¿Qué diferencia hay entre Luis Canut y el «hombre valenciano»?

R Yo creo que poca, porque al final cuando tienes una historia así has de poner mucho de tu parte. Yo soy muy valenciano, aunque por cuestiones familiares nunca he vivido en València. Y creo también que por estar fuera, la tradición valenciana la llevo más dentro.

P A su hermano Nacho (Canut, miembro de Fangoria) no se le ve demasiado ejercer la valencianía como usted.

R Mi hermano siempre ha dicho que él es de Valencia, California. Nuestros padres eran muy valencianos, aunque vivían en Madrid. Y nosotros todo el tiempo libre que teníamos lo pasábamos en València o en Xàbia. Yo me siento más valenciano que algunos valencianos que han vivido aquí toda la vida. Me considero un misionero valencianista. He vivido en Madrid, en Los Ángeles, en Miami, y siempre he llevado el valencianismo por bandera.

P ¿Cómo reacciona el lector no valenciano a esta historia de presentaciones, moños, peinetas, elecciones, etcétera?

R Mis seguidores ya tienen bastante cultura fallera por mi Instagram y de hecho hay gente a la que antes las fallas ni les iba ni les venía y ahora están por la causa, quieren que me hagan fallera mayor ya. Yo creo que lo van a acoger bien, porque no deja de ser una aventura con ciertos tintes autobiográficos y de mi familia, que es más o menos conocida.

P Su familia, que es su esposa (la presentadora Patricia Conde) y sus perros, ¿cómo están llevando este proceso?

R Patricia lleva ya varios años viéndome con los moños y los rodetes y ya lo ve como lo más natural. Creo que los valencianos somos gente que caemos bien en general, nunca hemos sido problemáticos€

P Creo que fue el conde-duque de Olivares quien nos llamó «valencianos muelles».

R Sí, hacemos gracia, todo el mundo conoce el fartó, la paella, la 'mascletà'€ Yo eso lo refuerzo.

P Con lo en serio que se toman los falleros las fallas, ¿no teme que alguno piense que se está burlando?

R Hace un par de años se puso en contacto conmigo una mujer de la Junta Central porque me quería enseñar cuál era el proceso para ser fallera mayor. No pude ir pero le dije que quería que supiera que mi intención no es burlarme de las fallas ni las falleras, sino todo lo contrario. Me tranquilizó y me dijo que no, que todos eran muy fans míos.

P ¿Por qué ha elegido el humor para escribir su primera novela y no otro género?

R Porque siempre he escrito humor y he tirado al 'sketch'. Es donde tengo los referentes. Siempre he hecho un humor con tintes sentimentales y con ironía, que es algo que te da la oportunidad de decir cosas que de otra forma no podrías.

P ¿Por qué en el país de Jardiel Poncela, Mihura o Edgard Neville se escriben ya tan pocas novelas de humor?

R Supongo que porque escribir una novela de 540 páginas de humor es más complicado que escribir una novela negra o de misterio. Para mí es un referente Eduardo Mendoza, que hace libros con los que te puedes reír pero no los hace graciosos. Él trabaja muy bien el personaje para que haga cualquier cosa normal y a ti te parezca gracioso, como también hace José Luis Cuerda.

P El humor regional, tipo 'Ocho apellidos vascos', que vuelve a estar de moda. ¿separa o une al país?

R Ayuda a entender el país, y a no tomarte ciertas cosas en serio. En mi caso demuestra que somos como somos no porque hayamos nacido en un lugar, sino porque pertenecemos a una familia que nos ha educado de una manera. 'Ocho apellidos vascos' la tenía que escribir un vasco para que nadie entienda que se están riendo de los vascos. Y yo igual, me permito ciertas licencias porque soy el primer defensor de los valencianos.

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