El Tribunal Superior de Justicia de Madrid decidirá en breve cuál es el destino de la obra “Fin de jornada”, pintado por el valenciano Joaquín Sorolla en el año 1900.

La pieza se encuentra inmersa en un litigio que enfrenta a los herederos del pintor y al Ministerio de Cultura. Por una parte, la familia -siete bisnietos del maestro de la luz- intentaría vender la obra por cinco millones de euros. Por el otro, el Ministerio de Cultura se niega a tal punto ya que consideró en 2016 que la obra era “inexportable por su valor histórico y artístico”.

La familia habría recurrido ante la sala de lo Contencioso Administrativo del tribunal la resolución que impide dicha venta y que ya tendría interesados como el Museo D’Orsay de París o la National Gallery de Londres, que acaba de inaugurar la mayor exposición del pintor valenciano en la capital británica de los últimos 100 años.

La pintura “Fin de jornada”, llamada también “Fin de jornada, Jávea”, pertenece al pri-

mer momento de su llegada a esta localidad, pues está firmada y fechada en el mismo año de 1900. El pintor llevó a cabo varios dibujos preparatorios, uno de ellos conservado en el Museo Sorolla, “de gran vigor y dinamismo”, señala el Boletín Oficial de la Comunidad de Madrid (BOCM) en un documento publicado en 2018 para incoar el expediente que declarara lienzo como Bien de Interés Cultural (BIC).

El cuadro muestra el esfuerzo de tres pescadores para sacar la barca del mar, después de una jornada de pesca. Dos de ellos, situados en primer término delante de la barca, tiran de las cuerdas, mientras que el tercero se apoya en la propia embarcación. “El encuadre es sorprendente, pues sitúa toda la escena por debajo de la línea del horizonte, haciendo desaparecer el cielo. Tan solo aparecen las piedras de la playa, la costa rocosa y el mar con múltiples reflejos”, destaca el texto. “La composición también es original, dominada por la diagonal tridimensional que definen las cuerdas y la barca en escorzo. Se crea una tensión dinámica, producto de la inestabilidad de la escena como consecuencia del esfuerzo de los hombres y el peso de la barca, cuya vela inclinada contribuye a acentuarla. El pintor parece congelar el momento con mirada fotográfica”.

Además, “la iluminación es muy contrastada, con un primer término en sombra que proporciona total anonimato a las figuras de los pescadores, destacando apenas sus prendas claras sobre el lecho pedregoso de la playa y un segundo término sometido al pleno sol de la tarde”. “El mástil y la vela de la barca son los elementos en que se produce el paso abrupto del sol a la sombra. El mar se convierte en una zona intermedia, de transición, rica en tonalidades, donde se recogen reflejos dorados y rojizos del fondo rocoso junto con los azules y verdes característicos. Ese esfuerzo de exploración cromática de la superficie del mar ante los efectos de la luz no es ajeno al impresionismo y sus consecuencias. Hay, no obstante, una mayor intensidad del color, ocre y rojizo en las rocas o azul compacto en el mar de fondo que lo sitúa en otro universo estético”.

“Fin de jornada”, recoge el BOCM, “puede considerarse una obra de transición, donde las influencias recibidas de pintores franceses y nórdicos le proporcionan el bagaje suficiente para abordar, con un nuevo lenguaje alejado de academicismos o costumbrismos anecdóticos, todo un repertorio de imágenes de la vida cotidiana con una absoluta naturalidad, servida por una técnica libre y virtuosa, en la que la luz y el color son protagonistas. El lienzo muestra una admirable capacidad de observación del entorno natural, su inmediatez y condiciones cambiantes, así como un dominio completo del dibujo y la técnica pictórica, utilizando una rica paleta cromática polarizada por los efectos de la luz mediterránea. Es una obra que marca el inicio de la etapa más brillante de la carrera del pintor”.

Añade que “teniendo en cuenta lo anteriormente expuesto, se considera que la pintura tiene un valor y significación singulares dentro de la obra de Joaquín Sorolla que la hacen merecedora de declaración como Bien de Interés Cultural. De la misma opinión es el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, que declaró la inexportabilidad de la obra dada la importancia que dicho bien tiene para el Patrimonio Histórico Es-

pañol, por tratarse de una de las mejores obras del artista, pues marca el inicio de su etapa más brillante al acentuarse su interés por la captación de la luz, color más vivo y pincelada más suelta”.