P ¿Cómo va a ser la gala del martes?
R Este año es especial. Primero porque cumplimos 30 años y eso ya es motivo de celebración y segundo porque recuperamos los premios de audiovisual y doblaje. Consideramos que es un símbolo de la recuperación del sector. Como novedad tenemos que el premio Crisálida se duplica. Antes había uno solo y ahora hay uno femenino y otro masculino.
P Lleva solo seis meses en el cargo de presidenta de la AAPV. ¿Qué retos se plantea?
R Al principio llegué muy abrumada porque nuestro anterior presidente, Ximo Solano, amigo mío, sabe moverse muy bien y es una persona con mucha perspectiva. Cuando él me animó a presentarme me pregunté «¿cómo voy a hacer esto? Hay muchos frentes». Pero todos los que estamos en esta junta directiva, mayores y jovenes, ofrecemos un espectro de sensibilidades que me hace sentir muy arropada. Los retos son continuar el trabajo de Ximo. Nuestro trabajo como asociación es darles herramientas a las instituciones y a los partidos políticos para que sepan cuáles son nuestras necesidades como sector. No hemos dejado de reunirnos con todos los que nos han recibido.
P ¿Cuáles son esas necesidades y urgencias?
R En lo audiovisual, consolidar la televisión. La televisión ha nacido con un buen espíritu, pero con una falta de presupuesto importante que les deja poco margen de maniobra. Los profesionales trabajamos en unas condiciones precarias. Hemos luchado mucho por el convenio laboral audiovisual, de doblaje y teatro y gracias a eso los sueldos mínimos están garantizados, pero en cuanto a tiempos se exprime a todos y eso va en detrimento del resultado final. Todo es fruto de la falta de presupuesto. Nos reunimos con Empar Marco [directora general de À Punt] y nos corroboró estos hechos. Si han apostado por la televisión que lo hagan de verdad. Es evidente que la televisión es una necesidad en una comunidad con una lengua propia.
P ¿No se centra demasiado el foco del sector en la televisión? Como si fuera su única salvadora.
R En las artes escénicas también estamos trabajando. Estamos muy contentos con la incorporación de Roberto García a la dirección de Teatres. Hemos tenido reuniones con él y en las últimas nos ha trasladado su intención de cambios para que la próxima temporada haya menos producciones pero más largas. Cuando hay tantas les obliga a ponerlas en cartel solo dos semanas y eso no ayuda a consolidar público. Por otra parte, nuestra reivindicación como actores siempre es la misma: que se valores más la contratación en cuanto a la concesión de ayudas.
P Se acerca el fin de la legislatura. ¿Qué balance hacen desde el sector de estos cuatro años?
R Es positivo pero lento. Cuando les preguntas te dicen lo mismo: falta de presupuesto, venimos de una época mala... Vale, sí, es verdad pero nos gustaría que confiaran más en los profesionales y no tanto en sus asesores. Los que tienen ya una trayectoria en el sector tienen perspectiva. No todo lo anterior es malo.
P Hay quien piensa que la cultura es más de cierta tendencia política.
R Sí que es verdad que hemos notado más atención ahora que antes, pero también es verdad que profesionales buenos, políticos con sensibilidad a la cultura hay en todos los partidos.
P ¿Cómo vio los Premios de las Artes Escénicas de la Conselleria de Cultura?
R Partiendo de que es algo muy positivo recuperar los premios porque ayudan a dar visibilidad, nosotros nos disgustamos porque muchos profesionales consolidados no pudieron ir porque no quedaban entradas. Ya lo comunicamos al Institut Valencià de Cultura (IVC) y nos pidieron disculpas por ser el primer año y tener mucho protocolo. Los premios son una oportunidad porque los actores y actrices somos el escaparate de un sector, somos los que salimos a dar la cara. Pedimos que nos utilicen para eso. Ese es nuestro papel. No nos gusta figurar porque sí.
P Hace no mucho alcanzaron un convenio de teatro.
R Sí, estamos satisfechos aunque es de mínimos y sirve para que no se cometan temeridades. Estaremos mas contentos cuando lo firme el IVC... Lo están cumpliendo a rajatabla, pero por cuestiones burocráticas aún no está firmado. El sector está en recuperación y con que lo cumplan todas las empresas estaríamos satisfechos.
P ¿No están demasiado supeditados a las subvenciones?
R No. Creo que las compañías privadas han jugado un papel muy importante durante la crisis. Han sido valientes. Que aparezca una productora en plena crisis es muy valiente. Han subsistido y dan trabajo. Son el motor porque son los que salen de gira. Las producciones del IVC casi no salen.
P El sector tiene fama de protestón. ¿Qué tiene que decir en su defensa?
R Tenemos fama de protestones porque como nuestro trabajo es dar voz no nos callamos. Las principales preocupaciones del sector vienen por temas de contratos. Somos protestones porque todavía hay empresarios que piensan que porque haces a gusto tu trabajo lo puedes hacer gratis o por muy poco.
P ¿Se sigue cumpliendo el cliché de actor-camarero?
R Sí. Tenemos que diversificar mucho nuestro trabajo. Yo hago doblaje, teatro y audiovisual y me tuve que montar una academia de actividades para niños porque necesitaba un complemento. Mi ejemplo es el de la mayoría de los 500 asociados que somos. Te puedo decir que un 15 % vive solo de la actuación, según mis estimaciones.
P ¿La revolución feminista se ha notado en temas de contratar a más mujeres?
R No. Conforme vas «creciendo» y eres mujer te haces más consciente de esto. Hasta los 30 no lo noté mucho. A partir de los 40 las actrices paran unos 10 años en los que «desaparecen». No hay papeles para ellas y no lo entiendo. Luego asumes que no eres una mujer deseable y eres una mujer consejera, sabia, abuela, madre o mujer de... En la asociación ponemos el foco en las escritoras para que se les visibilice y escriban sobre mujeres.
