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Perera en hombros, Morante en la memoria

Triunfó el extremeño arrancando una oreja en cada toro con la faena de Morante en boca de todos

Perera en hombros, Morante en la memoria

Gran entrada a la plaza con el cartel completo de figuras reconocidas que escribía la quinta tarde de feria en Castelló, tercera jornada consecutiva de lidia a pie en la semana festiva que llegaba a la recta final. Acostumbra a paladear el aficionado de la capital el estilo que alberga Morante de la Puebla, torero controvertido donde los haya, capaz de irritar al respetable y en escasos segundos tenerlo salivando con el bello en punta. Abrirá el diestro cigarrero la tarde en que alternará con Julián López 'El Juli' cuándo se cumplen 20 años de su primer paseíllo en esta plaza. Miguel Ángel Perera será el tercero, disfrutó el extremeño de temporadas exitosas despuntando en el escalafón aunque no pasa ahora por su mayor regularidad. Otra jornada vespertina soleada aunque de nuevo la brisa que refrescaba en los tendidos de sombra y de magnífica entrada.

Tanta era la ilusión por ver las verónicas de Morante que en el primero no vimos ninguna; el correoso astado soló vio el tergal del sevillano en el centro de la plaza pero sin permitir lucimiento.

Desordenado el tercio de banderillas, motivado por la ausencia de arrancada en el animal tras el puyazo trasero y sangroso en exceso que lo mermó mas todavía. Ponía la cara con un puntito de clase en los tres primeros muletazos el negro listón que protestaba si la tanda continuaba. Paciente y laborioso el torero. Estocada fulminante a la segunda que le brindó los aplausos tras el arrastre declinando el saludo visiblemente contrariado.

El quite al cuarto rompió los oles con tres verónicas y una media que pagaban la entrada. Armó un lío el de la Puebla toreando desmayado, mentón hundido y riñones adelante, abandonando el cuerpo y toreando con el alma por el derecho al colorado que lo puso todo a favor del torero con nobleza absoluta. Despaciosidad y temple en la muleta que enfervoreció a los tendidos hambrientos de triunfos. Aplaudido en el arrastre tras la estocada entera sin muerte que requirió verduguillo. Con éste perdió Morante la puerta grande.

Entró al peto del caballo el segundo antes de llegar al 7, embestida descompuesta en la franela de El Juli en la faena larga aunque sin transmisión alguna del burel en un intento que solo despertó bostezos. Estocada entera y trasera que dobló al primero de Julián. Leve petición de oreja que solo quedó en un saludo desde el tercio por parte del torero.

En el quinto se repitió el desorden en varas y banderillas de la cuadrilla del segundo de la terna, puya en el que guarda puerta y descomposición con los palos. Se enfrió el respetable hasta que El Juli dirigió los muletazos hacia el público por la vía del aplauso fácil. Estocada sin rectitud y dos descabellos en el que recibió una cálida ovación desde el tercio.

Tafallera afarolada para dejarse el capote en la espalda y quitar al tercero por gaoneras Miguel Ángel Perera, como se hacía antaño. Capotazos de oro y colocación por parte de Javier Ambel en el tercio de banderillas que auguraban un buen pitón derecho. Lo citó rodillas en tierra en los mismos medios cambiándose la embestida por la espalda por dos veces antes de ponerse a torear al de Garcigrande, pronto y de arrancada lejana, con codicia y clase en el embroque por el diestro que perdía estas virtudes con la zurda. Derechazos en redondo de los que cuestan de ver. Estocada casi entera que quedó trasera y dinamitó al toro que mostró muerte de bravo. Oreja de libro y aplaudido el negro de nombre 'Borrachín' en el arrastre.

Cuatro chicuelinas remachadas en revolera en el quite del que cerraba plaza. Se desmonteró Ambel a petición del público en una tarde completa del subalterno. Se arrancó de galope franco el segundo de Perera para dar inicio a una faena donde el animal fue perdiendo fuerza hasta huir al abrigo de las tablas. Arrimones vertiginosos con pies clavados en el albero del torero extremeño que dejó el acero un tanto caído pero mortal de necesidad por el camino perpendicular que seguía. Oreja y pasaporte para abrir la puerta grande.

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