El Col·legi Oficial de Bibliotecaris i Documentalistes de la Comunitat Valenciana (Cobdcv) han hecho público un manifiesto en el que denuncian el incumplimiento por «ayuntamientos e instituciones responsables» de los mínimos marcado por la Ley 4/2011 que rige el funcionamiento de las bibliotecas valencianas. Los bibliotecarios exigen «servicios profesionales y de calidad» porque, tal como recogen en su manifiesto las bibliotecas «son más que un contenedor de libros».

Durante la presentación ayer de esta iniciativa y de la campaña de visibilización «Biblioteques inquietes» en la Biblioteca Pública Pilar Faus de València, la presidenta de la Federación Española de Asociaciones de Archivos, Bibliotecas, Documentación y Museos (Fesabid), Alicia Sellés denunció que «hay bibliotecas públicas valencianas que no tienen ningún presupuesto. Las bibliotecas no son una despensa, son una inversión en la comunidad».

Tras el acto, Selles aseguró ante los medios de comunicación que «no se han cumplido las expectativas» depositadas al inicio de esta legislatura en el actual gobierno de la Generalitat o en los ejecutivos municipales «básicamente porque ha fallado la cuestión presupuestaria». «No podemos decir que no ha habido una preocupación porque, por ejemplo, ha habido una apuesta por la formación de profesionales -añadió la presidenta de Fesabid-. Pero echo en falta que haya una verdadera política bibliotecaria para definir qué son las bibliotecas».

Otros carencias destacadas ayer por Selles son las de un «mapa de bibliotecas» como el que sí tienen otras comunidades autónomas ya que está establecido por la ley, o de personal en la Direcció General del Llibre. La presidenta de la Federación lamentó que no se hayan cumplido las expectativas depositadas en el Pla de Foment del Llibre i la Lectura.

Ante estos problemas, la campaña «Biblioteques inquietes» quiere reivindicar con el lema «Las bibliotecas ya no son lo que eran... y las bibliotecarias y bibliotecarios tampoco» a estos centros como «faro que guía y alumbra el conocimiento» y «espacio de libertad».

La campaña, que según ha explicado Sellés pretende ser «impactante» y transmitir un mensaje que «no deje indiferente», apuesta ofrecer un modelo de bibliotecas diferentes que, junto al tradicional, se sitúe «en el centro de la comunidad, como motor; tiene que ser el tercer espacio, uno inclusivo e igualitario», apuntó Laura Albalat, miembro de la Comisión técnica «Biblioteca com agente social» del Cobdvc.

Preguntada por si hay una pérdida de usuarios en las bibliotecas, Sellés aseguró que «no se pierden usuarios, sino que cambian los usos». En este sentido, Albalat resaltó que hay muchas bibliotecas que cuentan con talleres de aprendizaje, economía, para salvar la brecha digital y multitud de cursos «para ayudar a la gente», que ponen en valor la labor de las bibliotecas.