La agenda de Joan Enric Lluna le depara -con solo siete días de diferencia- tres «importantes» citas, según explica él mismo. El clarinetista y director valenciano se pondrá el próximo sábado al frente de la que es su formación, la Orquesta de la Comunitat Valenciana (OCV), a la que dirigirá en un concierto de música de cámara en homenaje al compositor paisano Joaquín Rodrigo. Sonarán Soleriana, Zarabanda lejana y villancico, Dos miniaturas andaluzas y Tres viejos aires de danza. Una semana después, el sábado 20 de abril, aterrizará en Frankfurt como director solista invitado de la Berliner Camerata y un día después estará en la Filharmonie Berlin con el mismo conjunto. En Alemania interpretarán piezas de Weber, Mendelsshon y Smetana.
Lluna asegura que en el concierto de València han trabajado «obras no tan conocidas como El concierto de Aranjuez. Es música que acabo de descubrir y que es de una calidad inmensa. El maestro Rodrigo tenía un oficio para orquestar comparable a los grandes. Bebió de todos los maestros franceses y se nota».
En cuanto a su viaje a Alemania, recuerda que ha tocado «bastante» en Berlín pero considera «importante» su debut al frente como director solista. «Esta es una orquesta que tiene una fórmula independiente, con gente joven y músicos de distintas orquestas de Berlín. Tiene una energía especial. Haremos dos conciertos y grabaremos un disco», adelanta. Sobre si prefiere dirigir dentro fuera de su tierra, señala que «da mucha satisfacción que te llame una orquesta internacional, pero no es comparable a cuando diriges aquí porque lo haces para tu gente».
El también director del Festival Internacional Residencias de Música de Cámara de Godella, reivindica más oportunidades para esta disciplina. «Para los músicos es una oportunidad de sentirse protagonistas y tener una responsabilidad más expuesta que en una orquesta. Además, la experiencia para el público es más profunda porque no hay distancia, es como si les estuvieras hablando desde el atril. Siempre reivindicamos más música de cámara. A ver si en Les Arts podemos organizar un ciclo de cámara con los músicos de la OCV, que todos lo están deseando, o incluso crear una orquesta de cámara más estable», pide el músico.
Justifica esta solicitud en que «la música de cámara mantiene al músico con un nivel y supone una motivación mucho mas exigente que la rutina de una orquesta. Es esencial que todas las orquestas den la oportunidad de hacer cámara». No obstante, reconoce que no se programa más «porque hay miedo entre los organizadores a que no haya público. Pero eso no está fundado. La prueba es que el festival que organizamos en Godella tiene un público fiel y entusiasta». Y va más allá: «Me fastidia mucho que algunos responsables políticos o de programación digan que la música de cámara es elitista; no entiendo qué significa eso porque la función de músicos, programadores y políticos es cultivar a la gente, acercar la calidad a todo el mundo y elevar el nivel cultural. Si solo nos dedicamos a ofrecer lo que se piensan que quieren, no ayudamos. Les estamos manteniendo en la ignorancia», sostiene en tono crítico.
Sobre su «casa», la OCV, explica que la nueva etapa con Jesús Iglesias como director artístico la ve con «esperanza; es un gran profesional y una persona cercana, creo que puede ayudar a remontar el proyecto, que ahora está un poco decaído». En esta línea y «pese a los egos del mundo de la ópera, Les Arts se merece estar dirigido por criterios puramente artísticos», pide Lluna. No obstante, el músico valenciano reconoce que ahora mismo está en una etapa «en la que quiero dedicar más tiempo a la dirección; es un reto y una experiencia potentísima y me lo paso increíble», concluye.
