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Los «top» de la giras

Un buen momento (con peros) para la música en directo

Los promotores valencianos hacen un «balance positivo» de la legislatura aunque se sienten «discriminados» para recibir incentivos de las administraciones - Piden mayores recintos para conciertos y más seguridad jurídica

Un buen momento (con peros) para la música en directo

En 2018 los promotores de conciertos de música pop alcanzaron en la Comunitat Valenciana una facturación neta de 24,48 millones de euros. La cifra, que representa el 7,33 % del total que se factura en España, superó en casi 11 millones la de 2016 y en casi 6 millones la de 2017. l'Associació de Promotors Musicals de la Comunitat Valenciana (MusicaProCV).

Pero hay algo que aún falla. «En líneas generales -añade MusicaProCV a Levante-EMV-, hacemos un balance positivo y, al mismo tiempo, queremos manifestar las disonancias que se perciben en la administración sobre aquellos aspectos que se han quedado pendientes de implementar o, sencillamente, han sido olvidadas».

Entre estas disonancias destacan los promotores como Generalitat, diputaciones y ayuntamientos les «discriminan» a la hora de repartir incentivos y ayudas. «Mientras otros sectores culturales como las artes escénicas tienen 3,2 millones de euros por parte de la Generalitat y 500.000 euros por parte del Ayuntamiento de València -ejemplifican-, el sector musical tan sólo cuenta con 400.000 euros de la Generalitat y cero euros del ayuntamiento».

En este balance también critican la falta de financiación estatal y la escasa implicación del Ministerio de Cultura con las empresas musicales valencianas, o la falta de recintos en València, Castelló y Alicante y en los municipios de más de 40.000 habitantes para programar de forma estable y regular. Reivindican además la necesidad de mejorar las condiciones de acceso a los recintos públicos, y critican la inseguridad jurídica y normativa y el problema de las licencias de actividad.

Lamentan también la falta de presencia del sector musical en las mesas de negociación; la escasa operatividad de la Mesa de Participación de la Cultura Valenciana (Mecuv), impulsada por la Generalitat en 2017; la falta de formación de agentes culturales especializados en gestión musical y la «falta de interés por parte de la administración en que la industria musical valenciana participe en la construcción cultural del territorio».

À Punt, Fitur, Sona y Trovam!

Pero no todo son «debes» en este balance de gestión. Entre los aspectos positivos de la gestión musical de los últimos cuatro años incluyen los promotores la puesta en marcha de À Punt ya que «el espacio que ocupan los grupos valencianos en los programas es proporcionado y a la vez fomenta la visibilidad del sector». Citan otros logros como el acceso de menores a las salas, la bajada del IVA y la apuesta de Turisme por el sector musical, con la mejora en la línea de ayudas o la presencia de la música en sectores estratégicos de desarrollo turístico como Fitur. Otro aspecto positivo es el «cambio de rumbo» del concurso Sona la Dipu, después de que se anunciara que a partir de 2020 estará gestionado por la Generalitat y será de ámbito regional. «Puede ser una oportunidad de reestructurar el proyecto y hacerlo más transparente y participativo», explican. Otros «logros» son la existencia de una feria profesional en la Comunitat (Trovam!), la colaboración con el Palau de la Música, los Conciertos de Viveros o el proyecto de Music Cities que ha iniciado el ayuntamiento.

Dominio de los macrofestivales

Así las cosas, MusicaProCV (que representa en la actualidad a una veintena de promotores) considera que la música en vivo en la Comunitat vive «un buen momento» del que da fe el Anuario Profesional de la Música (APM) con datos de 2018. En él se certifica que la música en directo factura más que nunca gracias sobre todo a que en (en empate con Cataluña) la Comunitat Valenciana es la que más macrofestivales, y con más público, acoge.

El «top 25» de este tipo de eventos lo encabezan el Arenal de Burriana y el Medusa de Cullera (ambos con unos 300.000 espectadores). El Rototom está en sexto lugar (208.000), el FIB en 8º (170.000), el Low en 16º (83.000), el Leyendas del Rock en 22º (55.000), Marenostrum Xperiencie en 23º y el Festival de les Arts cierra el «top» con 42.000 espectadores.

Pero cabe recordar los datos que publicó la SGAE el pasado octubre y que indicaban que estos grandes eventos se llevan el 82 % de la recaudación de la música en vivo en la Comunitat Valenciana, un porcentaje mucho mayor que el de la media de todo el Estado, donde la diferencia entre la cantidad de público que acude a los macrofestivales y la que va a conciertos en salas, teatros y recintos habilitados a tal fin es mucho más equilibrada.

Un modelo que no se asienta en la Comunitat Valenciana es el de los «festivales de ciclo», es decir, la sucesión de conciertos únicos en un determinado periodo de tiempo. Según el APM ninguno de estos festivales de los que figuran en el Top 10 tiene lugar aquí. Eso sí, con sus 47.000 espectadores de 2018 los Concerts de Vivers se quedaron a apenas 3.000 espectadores del festival Marenostrum de Fuengirola, que es el que cierra la lista.

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