La poeta uruguaya Ida Vitale recibe hoy el Premio Cervantes en la tradicional ceremonia que se celebrará en Alcalá de Henares y que estará presidida por los Reyes Felipe VI y Letizia. Para ella la escuela debería obligar a leer El Quijote antes porque «todo está» en esta obra de Miguel de Cervantes.

La poeta, de 95 años, mantuvo un encuentro con los medios de comunicación en la Biblioteca Nacional de España poco antes de depositar en la Caja de las Letras del Instituto Cervantes un manuscrito de José Bergamín, Crítica trashumante, que fue su profesor en Montevideo, un «tesoro» para ella, según relató. Vitale señaló que no se esperaba «para nada» el Premio Cervantes y lamentó que no le llegara este galardón hace diez años cuando se encontraba en mejores condiciones, dijo la escritora, que derrochó energía y buen humor.

Vitale (Montevideo, 1923), referente para poetas de todas las generaciones, es la quinta mujer premiada con el Cervantes tras María Zambrano (1988), Dulce María Loynaz (1992), Ana María Matute (2010) y Elena Poniatowska (2013)

Vitale recordó sus inicios en la lectura, en la biblioteca de su casa familiar, en la que leyó libros que no eran para niños, aunque reconoció que a Cervantes llegó «un poco tarde». Pero cuando llegó a este autor descubrió que « El Quijote» era el libro de su vida, confesó la escritora, que rememoró cómo desde entonces comenzó a buscar en la realidad «los quijotes y los sanchos», éstos últimos más fáciles de encontrar, bromeó. Por eso, consideró que la obra cumbre de Cervantes para ella, supuso «un tratado de psicología precoz» y destacó su humor.

La uruguaya, que aseguró haber leído toda la obra de Benito Pérez Galdós, habló también de su vida como poeta e indicó que aunque «uno puede vivir toda su vida privado de la poesía», no es su caso.

Posteriormente, Vitale se trasladó al Instituto Cervantes para depositar su legado en la Caja de las Letras, la antigua cámara acorazada del banco que albergaba este edificio y en la que tradicionalmente los Premios Cervantes dejan algún objeto personal en una de sus cajas de seguridad.

El legado de la poeta uruguaya, el manuscrito de Bergamín, se encuentra desde ayer custodiado en la caja de seguridad 1191, donde permanecerá hasta el 2 de noviembre de 2023, fecha en la que la Premio Cervantes cumple cien años.

Este manuscrito es un «tesoro» que Ida Vitale tiene desde hace años, un documento que le llegó debido a que Bergamín fue profesor suyo en la entonces recién creada Facultad de Humanidades de Montevideo. Bergamín, recordó, llegó a Montevideo «muy desamparado» con sus tres hijos tras perder a su mujer en plena guerra civil española y encontró allí a un grupo de alumnos entre los que se estaba ella. «El resto del grupo habría tenido derecho a tener el manuscrito también pero yo tuve más oportunidad que otros que estaban distraídos», dijo entre risas.

La posesión de este manuscrito era una responsabilidad para ella y no sabía qué iba a hacer con él, explicó Vitale, que aseguró que al poder depositarlo en la Caja de las Letras se ha quedado con la «conciencia tranquila». «Todas las cosas se conjuntaron, lo que yo suelo llamar tímidamente el destino, sin saber lo que hay detrás de esa palabra; el azar, porque no todo es improvisación», concluyó.