Como en cada edición de la Fira del Llibre, los libreros miran al cielo. El de ayer, día de la inauguración, les salió con nubes y algo lluvioso, aunque no lo suficiente como para sofocar el optimismo.

Nacho Larraz, presidente del Gremi de Llibrers de València, aseguró que están «decididos a que la Fira sea la gran fiesta del lector», además de «punto de encuentro» entre agentes del sector, autores y lectores. Señaló que esta será una feria «política» y «reivindicativa», en la que se han programado actividades que harán reflexionar alrededor de «colectivos que ven peligrar su derechos y libertades». Así, avanzó que se abordarán cuestiones sobre memoria histórica, de género, lgtbi, lingüísticas o de libertad de expresión. «Un buen libro siempre es una provocación», dijo Larraz recordando palabras de Joan Fuster, a lo que añadió: «Una buena feria, también».

En total, esta edición reunirá hasta el 5 de mayo en los Jardines de Viveros 66 expositores, una cifra ligeramente inferior a la del año pasado -73-, hecho que Larraz adujo a «decisiones individuales» de los participantes. «Lo cierto es que cada año se ha observado una tendencia al alza», apostilló.

A la inauguración acudieron personalidades como el secretario autonómico de Cultura, Albert Girona; la directora general de Cultura, Carmen Amoraga; el presidente de la Diputación de València, Toni Gaspar; la diputada de Teatres, Rosa Pérez Garijo; la rectora de la Universidad de València (UV), Mavi Mestre, o el portavoz del grupo socialista en las Corts, Manolo Mata. También estuvieron la presidenta de la Associació d'Editors del País Valencià, así como los escritores Manuel Vilas y Pepa Guardiola, ambos padrinos de esta edición de la feria.

Mientras, los libreros comienzan con optimismo la celebración de la cita anual. Antonio García, de Morcillo Libros, indicó que «la gente responde muy bien a la feria y cada año vendemos más». Desde la caseta de Onada, Belén Vila, explicó a este diario que, además de las ventas, su presencia en la Fira tiene como objetivo «crear clientes nuevos y establecer contactos con autores».

Por ellos pasaron los primeros visitantes, todos con ganas de feria. Un entusiasmo que no minimizó la lluvia.