«¿Qué hay en casa?», contestó Bob Dylan en una entrevista cuando le preguntaron por qué está siempre de gira. «¿Que habrá hoy en casa?», quizá se pregunten quienes vayan a asistir al concierto que el músico de Minnesota dará esta noche, a partir de las 21.00 horas, en la Plaza de Toros de València. ¿Veremos al intérprete que transforma sus composiciones hasta hacerlas irreconocibles? ¿Al «frontman» ajeno a su público? ¿Al artista que cumple el trámite y se va? O, por contra, ¿nos encontraremos a la leyenda del rock pletórica de condiciones capaz, por mucho que los tiempos hayan cambiado, de ofrecer al público valenciano una experiencia única y fundamental?

Si hacemos caso a Cisco Fran, líder de La Gran Esperanza Blanca (LGEB), y a la mayoría de las crónicas que se han escrito de los últimos conciertos de Dylan en España, quizá no hay que tirar tracas pero sí hemos de ser optimistas. Fran, dylanólogo y dylanita, estuvo el pasado 26 de abril en la actuación de Dylan en el Bizkaia Arena de Bilbao, segunda parada de este tramo ibérico del «Never ending tour». «Fue un concierto muy bueno, mejor que el que vi el año pasado -asegura el músico valenciano-. Él está muy bien de voz y los arreglos están muy bien ajustados. Además, está tocando la armónica más y mejor que otras veces. El ritmo del concierto es pausado, hay algunas canciones lentas, pero él de actitud está muy bien. Fue un concierto excelente».

Antes de Bilbao, Dylan actuó en Pamplona y después ha ofrecido otros seis conciertos en España y Portugal, con prácticamente el mismo repertorio y orden excepto la inclusión ese mismo día 26 de «Dignity», un tema de 1994 que Bob no interpretaba en directo desde 2012.

Para confeccionar su «setlist» Dylan ha prescindido de sus últimos discos con versiones del cancionero norteamericano y ha preferido ofrecer un repaso de la mayor parte de sus «periodos» musicales clásicos. El álbum más reciente del que recupera temas es el Tempest de 2012. «Excepto del Blonde on blonde (1966) hay canciones de prácticamente todos sus discos fundamentales», destaca Cisco Fran. «Algunas de ellas son quizá de importancia menor pero las hace muy bien en directo».

El inicio, tal como indica el cantante de LGEB, es impactante. Estos conciertos los ha empezado con «Things have changed» (del disco Modern Times de 2006) seguida de tres clásicos: «It ain't me, babe» ( Another Side, de 1964), «Highway 61 revisited» (del disco homónimo de 1965) y «Simple twist of fate» ( Blood on the tracks, 1975). Excepto en Bilbao (donde cantó «Dignity»), después ha continuado con «Cry a while» ( Love and theft, 2001), «When I paint my masterpiece» (composición suya que interpretó primero The Band), «Honest with me» ( Love and theft), «Tryin' to get to heaven» ( Time out of mind, 1997), «Scarlet town» ( Tempest), «Make you feel my love» ( Time out of mind), «Pay in blood» ( Tempest) y esa leyenda llamada «Like a rolling stone» (del Highway 61 Revisited). A continuación ha interpretado «Early roman kings» ( Tempest), «Don't think twice» ( The Freewheeling Bob Dylan, 1964), «Love sick» ( Time out of mind), «Thunder mountain» ( Modern times), «Soon after midnight» ( Tempest) y «Gotta serve somebody» (de Slow train coming de 1979).

Con este repertorio ha concluido Dylan la parte principal de sus conciertos en España. Después llegan los «bises» aunque, a diferencia de otros artistas y según señala Cisco Fran, ni el cantante ni su banda desaparecen unos minutos del escenario sino que se quedan en él con las luces apagadas. Al volver la luz, concluyen el recital interpretando otros dos clásicos impepinables: «Blowin' in the wind, que incluyó en The Freewheelin', y «It takes a lot to laugh, it takes a train to cry» del Highway 61 Revisited.

Según cuenta Cisco Fran y como es habitual, durante las alrededor de dos horas que duran los conciertos y más allá de algunos gestos más o menos mecánicos, Dylan no se dirige al público. «Pero tiene gestos de otro tipo a los que conviene estar atento -señala el músico valenciano-. Por ejemplo, sobre el piano tiene el Oscar que le dieron en 2000 por la canción 'Wonder boys' y que dijo que siempre lo llevaría para que todos pudieran disfrutar de él. Y también coloca sobre el piano el busto de una mujer como representación de la musa».

Así será el concierto de Dylan de hoy en València... Posiblemente. Porque con Bob, como bien saben sus fans, nunca se sabe.