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Crítica musical

Cuatro en uno

Cuatro en uno

La voz es desde siempre consustancial a la música. La densa, extensa y celosamente planificada 41 edición del Festival Ensems y su director Voro García han tenido la lucidez de convertirla en protagonista y motivo recurrente de la actual edición, articulada bajo el lema Veus? e inmersa ya en su recta final. El domingo, en una jornada maratoniana en la que la agenda festivalera proponía tres conciertos, le tocó el turno al conjunto alemán Solo Voices, fundado en 2008 por cuatro cantantes empeñados en cultivar un repertorio centrado en la música contemporánea, aunque sin desdeñar otras tendencias y épocas. Tampoco la implicación estrecha con muy diversos instrumentos, medios visuales, conceptos escénicos y electrónica, o la confrontación/abrazo entre las más recientes creaciones sonoras con la música vocal más antigua.

Asombra y admira la afinación, compenetración y sentido musical de sus cuatro plurinacionales virtuosos cantores, la soprano alemana Svea Schildknecht, la mezzo suiza Francisca Näf, el tenor canadiense Jean Knutti y el bajo francés Jean-Christophe Groffe. Y sorprende más aún su compenetración absoluta, que les configura como un único instrumento de cuatro registros. Tal es la conjunción y concordancia de sensibilidades y sentidos que permiten alcanzar semejante unitaria excelencia instrumental, subrayada aún por el inteligente uso de la electrónica y los medios y posibilidades que la misma ofrece. En este sentido, la colaboración en la mesa de registros del compositor Marc García Vitoria -de quien se interpretó su muy extenso Native Foreigners- resultó capital en la redondez del concierto.

El programa, a tono con el sutil interés de los contenidos de esta 41 edición de Ensems, transitó desde Nuits, Adieux, compuesta en 1991 por la finlandesa Kaija Saariaho (1952), hasta Sottovoce, donde habita y late el talento y el buen hacer del madrileño José Manuel López López (1956), quien desde hace años es nombre señero de la nueva música española. El propio compositor recogió en persona los aplausos del público que cubrió casi dos tercios del aforo de la Sala Rodrigo del Palau de la Música, y que antes ovacionó la interpretación de obras de David Bedford, de la berlinesa Karin Wetzel y la ya citada de García Vitoria.

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