Había satisfacción entre los miembros de la Fundación Blasco Ibáñez. Compartida por el alcalde Joan Ribó y la concejala Glòria Tello, la artífice del acuerdo final estampado ayer en el chalé de la Malva-rosa. Los legatarios del periodista, escritor y activista político mostraban cierto arrepentimiento por lo bajini al recurrir a la amenaza de llevarse la herencia, pero ha funcionado.

Tras meses de desencuentros, recursos judiciales y negociaciones, el nuevo convenio firmado por el alcalde Ribó e Ignacio Soler, presidente de la Fundación Blasco Ibáñez, recoge una aportación total de 62.000 euros anuales del consistorio, repartidos en 12.000 para las actividades de la entidad (antes eran 10.000) y 30.000 para inversiones en la Casa Museo Blasco Ibáñez. Además el ayuntamiento aportará otros 20.000 para actos culturales y creará un premio de investigación de 6.000 euros para fomentar el estudio del novelista.

El convenio deja fuera las diferencias sobre la propiedad de parte del legado, algo que previsiblemente se resolverá en los tribunales, aunque han acordado que independientemente de la decisión judicial sobre el asunto, el legado seguirá en la Casa Museo de Blasco Ibáñez. «Si los jueces deciden que pertenece a la Fundación, será de la Fundación, y si al final se decide que es del Ayuntamiento, hay un compromiso en el sentido de no aplicar nunca las costas a la Fundación», explicó Ribó.

Para Ribó, lo más destacado es que «el legado estará aquí y será un legado completo de la figura de Blasco Ibáñez».

Buen ambiente

La elección del conocido chalé de Don Vicent en la playa para sellar las discrepancias entre herederos y autoridades demuestra que los tiras y aflojas han dejado paso a una colaboración efectiva. Para muestra las elogiosas palabras de Ribó a Blasco Ibáñez: «Tenemos una deuda con él, hay que difundir su obra porque no se puede entender lo que es València, lo que somos y lo que pensamos sin la figura de Blasco». «Sería uno de los cinco valencianos universales y estamos muy felices de preservar y trabajar para difundir la idea del 'blasquismo'». «Ha estado un poco escondido porque tenía una serie de defectos entre comillas: era masón y republicano, lo que hace que no ligara muy bien con los planteamientos ni del franquismo ni de la derecha».

Nueva etapa

Ignacio Soler, en representación de la Fundación, reconoció que el convenio actual mejora el de 2012 y vaticinó «una nueva etapa en las relaciones del Ayuntamiento y la Fundación con el dinamismo que todos queremos».

«Con independencia de las diferencias que nos puedan separar, para la sociedad valenciana era fundamental suscribir el convenio y el acuerdo en los puntos que nos acercan», dijo Soler, mientras que los puntos en desacuerdo «los iremos intentando solventarlos», remató.

Una visita completa a la Casa-Museo de Blasco Ibáñez guiada por su director Vicente Sales cerró el nuevo tiempo donde se espera el impulso definitivo a la figura de un valenciano único y popular.