Un grupo de investigadores coordinados por la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) trabaja en el desarrollo de un nuevo dispositivo de bajo coste dedicado al diagnóstico y conservación preventiva de obras de arte. El dispositivo, acoplado a la obra de arte, monitorizará de forma ininterrumpida sus condiciones medioambientales (humedad relativa, temperatura, luz y contaminación) durante su exposición, almacenamiento, manipulación o transporte.

Dicha información será procesada en línea aplicando modelos predictivos que permitirán estimar la evolución de la degradación de cada obra y «sugerirán medidas preventivas en caso de riesgo para la obra», explica Ángel Perles, investigador del Instituto de Tecnologías de la Información y Comunicaciones (ITACA) de la Universitat Politècnica de València (UPV) y coordinador del proyecto. El sistema combinará los últimos avances en electrónica de sensores, comunicaciones inalámbricas, modelos de degradación de materiales, big data y computación en la nube.

El dispositivo está ideado principalmente para museos y colecciones de pequeño y mediano tamaño que no pueden disponer de sofisticados sistemas de control medioambiental o de personal cualificado para el análisis microclimático y su incorporación al estudio de modelos de degradación de obras de arte. Tiene un tamaño similar al de una caja de cerillas y actualmente se está probando en la iglesia de Santo Tomás de València, tanto para la monitorización de cuadros y esculturas como de la estructura del edificio en sí. El dispositivo tiene una autonomía de hasta 10 años gracias al ahorro de batería.

Próximamente se prevén nuevas pruebas en el yacimiento arqueológico de Noheda (Cuenca) o en la Filmoteca de València, para el control del archivo de papel, con lo que se ampliará notablemente la variedad de bienes artísticos susceptibles de ser protegidos con este nuevo dispositivo.