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Literatura

J. J. Millás: "En la lectura, como en la gastronomía, hay glotones y gourmets"

El escritor y colaborador de Levante-EMV presenta en València su último libro, "La vida a ratos" - "Si supiéramos la clave del éxito de un libro, se acabaría la literatura"

J. J. Millás: "En la lectura, como en la gastronomía, hay glotones y gourmets"

La última novela de Juan José Millás (València, 1946), La vida a ratos, es algo así como un compendio de sorbitos de realidad ficcionada. Ayer estuvo en su ciudad natal, en la Llibreria Ramon Llull, para presentar la obra.

Su protagonista se llama Juan José Millás, casualidades de la vida, y está escrita a modo de diario. «La relación que hay entre una autobiografía y la ficción en este libro es la misma que hay entre el plano de una ciudad y la ciudad en sí», se apresura a aclarar. «Un plano es una ficción y, sin embargo, sirve para caminar por la realidad. Cuando vas por una ciudad y ves un mapa que te dice 'usted está aquí', tú realmente no estas ahí, sino tu representación».

Escrita como un diario, señala que «uno de los mayores halagos» que le han hecho sobre esta novela vino por parte de un lector. «Me dijo que cuando lo leyó, tenía la sensación de estar mirando mi vida a través del ojo de una cerradura. Quería provocar esa impresión en el lector porque es la que yo tenía de mí mismo mientra me observaba. Lo que nos gusta a los seres humanos de observar la vida de los demás es que contemplamos la nuestra».

El escritor y colaborador de Levante-EMV no considera la escritura una actividad altruista. «Eso es un efecto secundario. Uno no escribe por bondad. Lo que ocurre es que no somos tan diferentes y cuando uno escribe con honestidad provoca efectos beneficiosos en sí mismo y en el lector».

La mayor inspiración dice que está en el entorno. «Dentro de uno mismo está lo que vemos ahí fuera. No hay una frontera clara entre el entorno, la subjetividad o el yo. Yo no sería capaz de marcar esas fronteras», asegura.

Se confiesa escritor «diurno» y muy disciplinado. «Empiezo muy pronto, a las 6 de la mañana, y escribo durante toda la mañana, con descansos porque salgo a caminar una hora y media o dos horas, leo la prensa... Alterno la escritura de una novela con artículos periodísticos y la tarde la dedico a la lectura y me acuesto pronto», explica sobre sus rutinas. «Trabajo con mucha disciplina porque el único modo de sacar adelante un proyecto novelesco es trabajar así. Alguna vez se ha dicho que la novela es el género de los torpes porque exige ir a la 'obra' todos los días, poner un ladrillo encima de otro».

Esa disciplina a la hora de trabajar no se corresponde, sin embargo, a su perfil como lector. «Soy un lector muy desordenado, pero selecciono mucho mis lecturas. No he dejado de leer novela pese a que hay quien dice -gente 'interesante'- que a partir de los 50 años hay que dejar de leer novela. Como si fuera un entretenimiento para gente poco madura. Para mí, sin embargo, es fundamental. Sigue siendo mi género favorito».

Pero no el único. También siente predilección por el ensayo, la poesía y los libros científicos. «Me estimulan mucho», señala. Para el Premio Primavera, Nadal, Planeta y Nacional por partida doble (de Periodismo y de Narrativa) la calidad va por encima de la cantidad. «No leo mucho porque soy poco voraz. Me asombra cuando alguien es capaz de leer un libro a la semana. Yo soy un lector lento, tardo en digerir un libro. Si me leo dos libros al mes que me aprovechen, me doy por satisfecho. En la lectura, como en la gastronomía, están los glotones y los gourmets. Hay quien come mucho y no le importa el qué y luego el que come poco pero exquisito. Me quedo en la figura del gourmet tanto en la lectura como en la gastronomía», sostiene.

En busca del «pelotazo»

Al hilo de esta reflexión, se planeta también la situación actual del panorama editorial. «Se publica mucho porque las editoriales necesitan para cubrir costes, ganar dinero y seguir trabajando dar un 'pelotazo' de vez en cuando. Se busca de ese libro que te arregle el ejercicio y que te permita editar 15 o 20 libros que te van a dar satisfacción literaria pero que no te va a reportar dinero».

Pese a sus premios y casi una veintena de libros publicados desconoce la clave del éxito de una novela. «Si se supiera por qué un libro triunfa los banqueros serían editores. Además, tanto escritores como editores nos veríamos tentados a repetir la fórmula y eso acabaría con la literatura», concluye.

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