La denuncia política y el compromiso social se dan cita estos días en la Universitat Politècnica de València (UPV). La sala Josep Renau de la Facultad de Bellas Artes acoge hasta el 12 de julio «Coleccionismo y compromiso político», una muestra que reúne una veintena de obras de la colección Martínez Guerricabeitia, la más extensa dedicada a artistas críticos que denunciaron algunos de los sucesos del franquismo y la Transición. José Pedro Martínez, hijo del afamado coleccionista, inauguró ayer esta exposición junto a miembros de la UPV y algunos profesionales cercanos a Jesús Martínez Guerricabeitia, fallecido en 2015, como Román de la Calle o José Martín, biógrafo del mecenas valenciano. La muestra se inaugura en plena campaña municipal y tras dejar atrás las elecciones autonómicas y generales, donde la memoria histórica o la soberanía nacional han formado parte del debate político.
La obra que «reina» la sala es Torrijos y 52 más (1974), de Equipo Crónica, que interpreta el Fusilamiento de Torrijos y sus compañeros en las playas de Málaga de Gisbert. La Josep Renau también alberga obras de Monjalés, Rafael Canogar, José Luis Verdes, Equipo Realidad, Anzo, Joan Genovés, Rafael Armengol, Darío Villalba, Rogelio López Cuenca, Artur Heras, Abraham Lacalle, Simeón Sáiz Ruiz, Carmen Calvo y Mavi Escamilla.
La intención de la muestra, según la UPV, es «apuntar hacia el futuro al recuperar momentos truncados del pasado reciente». Para que la historia no vuelva a repetirse. Las obras de la muestra hacen alusiones directas a la represión y la tortura, como Matanza de civiles en Sarajevo por proyectiles caídos junto al mercado principal (1998), de Simeón Sáiz o Los Derechos Humanos/La Tortura de Monjalés.
La mayor parte de estas piezas fueron adquiridas a lo largo de las bienales de pintura organizadas por la Fundació General de la UV. En el origen, la colección fue un proyecto conjunto del matrimonio formado por Jesús Martínez Guerricabeitia y Carmen García Merchante. «La colección ofrece testimonio de la resistencia a la dictadura y es memoria viva de los sueños de una generación frustrados por la Guerra Civil. Para Martínez Guerricabeitia, coleccionar obedecía a una intención histórica muy clara: la de formar un archivo de arte que guardara testimonio de la resistencia política frente al franquismo».
