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Entrevista

L. Llarregi: "Cuando se impone el reguetón, el rock está obligado a crear conciencia"

El líder de Zoé comienza con su banda su gira española en València

L. Llarregi: "Cuando se impone el reguetón, el rock está obligado a crear conciencia"

Con más de 25 años de carrera, seis discos de estudio (el último, Aztlán, de 2018), un Grammy al Mejor Álbum Latino, varios estadios llenos en su país y 3,1 millones de oyentes mensuales en Spotify, aún hay algunos por aquí que los conocen como los «Vetusta Morla mexicanos». «

Es la segunda vez en menos de un año que vienen a actuar a València. ¿Hay que picar mucho para hacerse un hueco en el mercado español?

España y México son dos mercados distintos. El de España es más parecido al de Argentina, dos países que tienen una historia del rock, y del rock independiente en particular, muy consolidada. Y de repente entrar es un poco difícil, hay que tener una constancia.

Quizá aquí aún pesa mucho el recuerdo de la música tradicional mexicana.

Sí, tradicionalmente la gente relaciona más la música latina con cosas más populares, como la bachata o la cumbia y estas cosas que tienen mucho éxito, y no tanto con el rock. Pero por nuestras experiencia de visitar España hemos comprobado que a la gente que no nos conoce le sorprende la música que hacemos y le gusta mucho.

¿El Grammy les ha abierto muchas puertas en Estados Unidos?

Seguimos siendo algo desconocidos para ellos. Pero de alguna forma nos ha ayudado a ponernos en el mapa y eso es un gran logro. Acabamos de hacer una gira superextensa por Estado Unidos. Llevábamos tiempo queriendo probar qué pasaría si tocábamos ante un público anglo. Y fue interesante comprobar que cuando empezábamos los conciertos la gente bostezaba, y cuando acabábamos estaban felices.

El productor de «Aztlán», Craig Silvey, ha trabajado con Yeah Yeah Yeahs, Editors, The Horrors, The National, Arctic Monkeys o The Arcade Fire. Bandas con discos que parecen hechos para ser tocados en festivales

Teníamos una lista de varios productores, pero elegimos a Craig porque se implicó más en el proyecto. Nos había visto cuando tocamos en un festival con The Horrors y le encantó. Con él atinamos el sonido porque buscábamos algo más directo. De hecho muchas de las canciones están grabadas en vivo, que es algo que nunca habíamos hecho y que le da mucha dinámica y mucha naturalidad a la música.

Eso requiere un grado de pericia bastante alto.

Obvio. Todos los discos anteriores no lo habíamos hecho porque no sabíamos tocar así. En 20 años hemos aprendido algunas cosas.

No es un disco conceptual pero hay un hilo que une las canciones. ¿Es arriesgado cuando vuelve a mandar el consumo de canciones por encima de los discos?

Totalmente. La cultura del álbum ha desaparecido para las nuevas generaciones. Son una cultural de sencillos. Pero nosotros, viniendo de una época en la que los álbumes pesaban mucho como obras, tenemos eso muy en los huesos.

¿Es más vago el oyente en el siglo XXI?

El acceso a tanta información ha generado que se haya llegado a vender música como un snack, algo desechable. Pero espero que en algún momento volvamos a apreciar las obras completas.

Entre todo el envoltorio poético de las letras se adivina cierta preocupación social. ¿Está el «indie» mexicano más politizado que antes?

En este disco nos hemos sentido responsables y hemos querido tocar temas que hasta ahora no habíamos tocado. Posiblemente tiene que ver con esas preocupaciones que también han llevado al cambio político en México. Más que politizarnos, lo que entendemos es que como banda de rock independiente sería irresponsable no hablar de ciertas cosas. Cuando se están imponiendo otras músicas desechables como el reguetón, el rock tiene la obligación de crear conciencia.

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