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Entrevista

Raúl Lago: "Huimos de la poesía 'mainstream'"

«Con el cartel intentamos llamar la atención y apuntar a una paradoja», explica Lago, aunque confiesa que varias empresas han dejado de apoyar al certamen por la ilustración de Boke Bazán

Raúl Lago: "Huimos de la poesía 'mainstream'"

P Ocho ediciones ya...¿Sienten que Vociferio se ha consolidado?

R No nos gusta ese concepto, el de «consolidación», porque estamos en constante crecimiento. El festival nació en 2011 como una iniciativa de Carme Teatre y El Dorado, con Alicia Martínez. Desde el principio contamos con el apoyo del Aula de Poesía de la Universitat de València y hace cuatro años que el certamen tiene un equipo propio que lidero junto a David Trashumante.

P ¿Qué presupuesto tienen?

R 50.000 euros, el mismo que el año pasado. Gracias a la implicación de las instituciones hemos podido traer a personalidades como Jörg Piringer (Austria), Déborah Walker (Canadá)... Recibimos ayudas públicas desde el año pasado, por parte del Institut Valencià de Cultura, el Consorci de Museus, la Subdirección general del libro o Cultura, que aporta dinero para la «Festa Alçaveu». Otras instituciones nos han cedido espacios, como el Ayuntamiento de València. Somos un festival pionero, aunque creo que las instituciones no nos lo demuestran. La poesía siempre va a ser la «hermana pobre» para algunos. Nosotros no lo creemos así, y por eso organizamos este festival. Este año nos hermanamos con el festival de poesía de Barcelona.

P ¿Ha cambiado la manera en la que las instituciones se enfrentan a un festival de poesía?

R Yo creo que no ha cambiado demasiado. Los aficionados a la poesía seguimos siendo vistos como extraños... Por eso hemos intentado llevar la poesía a la calle. Durante estos ocho años hemos «habitado» muchos rincones de la ciudad de València, como la Biblioteca Municipal, el Mercado Central, la explanada del IVAM, el metro, el bus...Los creadores de esta ciudad no tenían un lugar para presentar sus propuestas.

P ¿Vociferio huye de la poesía que está de moda?

R Hay un tipo de poesía que se está vendiendo como churros. Vociferio huye de lo mainstream, ya que promueve la poesía crítica, aquella que emociona y que da otros puntos de vista. No rechazamos ningún tipo de poesía, pero pensamos que hay una que tiene menos visibilidad.

P En el programa hablan de «poesía pop».

R Sí. Es la más mediática, la que simplifica la realidad y la que nos lleva a cánones hegemónicos. Nosotros apostamos por las experiencias transformadoras.

P El cartel de este año es el más impactante que ha tenido el festival.

R Está compuesto por dos imágenes icónicas: una representante de la monarquía y un símbolo de una ideología «anticlases». Al contraponer esos dos símbolos, se genera una imagen pop. Intentamos ironizar sobre lo que no queremos en Vociferio. No queremos una poesía hegemónica, que se centre en lo estético. Con Boke Bazán -el artista del cartel- trabajamos desde hace cuatro años.

P ¿Temían que la ilustración fuera criticada?

R Sí. Aunque también intentábamos llamar la atención, apuntando a la paradoja que se produce entre la poesía que nos intentan vender desde los talent shows y la que nosotros damos visibilidad. Queríamos que la imagen hiciera reflexionar.

P Desde hace algún tiempo, los límites del humor y del arte están bien visibles. Recuerde lo que sucedió en Rambleta con Dani Mateo y con la escultura de Felipe VI en Arco Madrid.

R No teníamos miedo a las reacciones del público, pero nos hemos asesorado por lo que pudiera pasar. Nos ampara la libertad de expresión, eso está claro. También consultamos a las instituciones públicas que nos apoyan porque no queríamos que se sintieran incómodas con el cartel. Ellas no han tenido problema, pero sí algunas empresas privadas que han retirado su participación en el festival. No le puedo decir los nombres. Pensaban que era una imagen que las posicionaba políticamente. Nosotros no tenemos nada que ver con política. Solo queríamos mostrar el contraste. La infanta Elena no representa a la monarquía en el cartel de Vociferio, sino el poder hegemónico del sistema en el que vivimos. Estoy seguro que estas empresas privadas volverán a colaborar con nosotros en la próxima edición.

P ¿Podría haber sido Karl Marx con un pendiente de la flor de lis?

R Perfectamente, y también podría haber salido Bertín Osborne, Isabel Pantoja, James Dean... También pensamos que el cartel era oportuno por el momento político que vivimos, con el resurgir de pensamientos radicales de todo tipo. Es una imagen que no se iba a olvidar.

P ¿Qué tipo de público tiene Vociferio?

R Es muy diverso y transversal. Este año, inauguramos la sección «Vociferito», dirigido al público familiar en el Centre del Carme. Al festival viene mucha gente joven, pero también personas de más de 50 años que quieren descubrir otras formas de hacer poesía. El año pasado tuvimos 3.500 asistentes. Esta edición superaremos ese número.

P El lema de la octava edición es «Sense paraules». ¿A qué tipo de poesía se refieren?

R A la poesía sonora, la que combina música y audiovisuales.

P Este año cuentan con Antón Reixa y Enric Montefusco, pero también incluyen un homenaje a Bartolomé Ferrando.

R Sí. Reixa y Montefusco son los «cabezas de cartel» y Ferrando simboliza el «leitmotiv» de esta edición. Es un referente de la poesía fonética y visual. Estrenará un espectáculo con Déborah Walker en Carme Teatre.

P Hablan de un Festival Internacional de Poesía. ¿Es un deseo futuro?

R Sí. Es un objetivo a medio plazo, aunque necesitaríamos mucho más presupuesto. No llegaría a 100.000 euros.

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