El artista Luis Gordillo vuelve a València 25 años después de su última exposición en la ciudad para mostrar su faceta más «lúdica» en «Fotoalimentación», una muestra que recoge 150 composiciones fotográficas de los 70. «Por entonces, yo no tenía ni idea de hacer fotos. Para mí, era un juego. No era consciente de lo que estaba haciendo», aseguró ayer Gordillo durante la presentación de la muestra, que contó con la presencia de José Luis Pérez Pont, director del Consorci de Museus, y la comisaria, Rosa María Castells.
«Fotoalimentación» llega al Centre del Carme tras su paso por el Museo de Arte Contemporáneo de Alicante (MACA) y supone el regreso de Gordillo al panorama expositivo valenciano desde su última incursión en el IVAM. «Fotoalimentación» es una de las exposiciones más personales de Gordillo. La mayoría de las piezas pertenecen al propio artista, ya que son obras de las que Gordillo no ha querido desprenderse por considerarlas únicas y especiales.
Castells destacó el carácter circular de la obra de Gordillo, con la pintura alimentando la fotografía y esta alimentando nuevamente la pintura, dando lugar a una «fotoalimentación» que da nombre a la propuesta expositiva. «Lo que hace Gordillo es reproducir una imagen casi hasta el infinito. La deforma», añadió la comisaria y conservadora del MACA.
El artista de 85 años hizo un recorrido por la exposición, donde tuvo la oportunidad de explicar su «obsesión» por el color y por el blanco y negro. «Cuando contrapuse color con monocromo descubrí algo nuevo, no sé exactamente qué pero dio un chispazo histórico», explicó.
Según el Consorci, «su obra emergió en los 70 con tres influencias básicas: el informalismo, el arte pop y el geometrismo. A partir de los años 80 alcanzó su madurez creativa con un estilo artístico inconfundible que lo mantuvo alejado de grupos y tendencias en una especie de automarginación». Gordillo es Premio Nacional de Artes Plásticas (1981) y Premio Velázquez a las Artes Plásticas (2007).
«Hablar de los 70 ahora es como hablar de la Edad Media. En ese momento, utilizaba todos los recursos que tenía para construir una imagen. Con el ordenador, muchas cosas cambiaron. Pensaba que yo no era uno de esos artistas de vanguardia a los que le interesarían las nuevas tecnologías. Sin embargo, entré en ellas de manera decidida», contó el sevillano.
Una de las obras más llamativas de la exposición es Secuencias edipianas fruto de un trabajo de cortar y pegar. La infancia, el sexo y la experimentación son los ejes de esta obra en la que el propio artista aparece. Pese a que la mayoría de las obras datan de los 70, una de ellas, Situaciones, fue creada en 2014 con pequeñas piezas que «bien podrían presentarse de manera autónoma»:
«Fotoalimentación» muestra dos etapas con claras diferencias: una primera con el trabajo fotográfico de los 70, casi en su totalidad en blanco y negro y otra posterior donde ya aparece el color y la utilización de la nueva tecnología digital que le abre a Gordillo un campo casi infinito a la experimentación.
Actualmente, las obras de Luis Gordillo se pueden ver en el Museo Reina Sofía. En concreto, en la exposición «Poéticas de la democracia. Imágenes y contraimágenes de la Transición», junto a obras de Antoni Tàpies, Eduardo Arroyo, Joan Genovés o Eugenia Balcells.
