El Círculo de Bellas Artes se extingue después de más de cien años de historia ante la impotencia de su actual junta directiva, que hace un balance negativo de los últimos años de gestión. «La entidad ha sido utilizada para figurar. «

La Conselleria de Cultura demandó la devolución del importe de las subvenciones concedidas para la adecuación y equipamiento del inmueble que el Círculo adquirió como sede y que vendió hace tres años. La entidad ha propuesto pagar esa deuda con una serie de obras artísticas como dación en pago. Stübing lleva cuatro meses esperando la respuesta de la Conselleria de Hacienda y la Agencia Tributaria. «Esta situación nos ha impedido acceder a subvenciones. Hasta ahora nos hemos mantenido a trancas y barrancas. Nos planteamos hacer una derrama con tal de seguir 'vivos', pero es inviable», explica Stübing, ya que además, han tenido que acarrear con los gastos del alquiler de su actual sede.

Según el presidente, la disolución del Círculo se debe a tres componentes: «la poca imaginación de la administración», «la falta de socios» y «una gestión nefasta». «La administración no ha sabido ser lo suficientemente imaginativa para buscar soluciones a nuestra situación», asegura Stübing, ya que el Círculo es quien ha propuesto la dación en pago. El presidente también ha lamentado que «mientras la sociedad se rasga las vestiduras ante la disolución del Círculo», ésta no ha sido capaz de reaccionar a tiempo. «Seguimos siendo un centenar de socios, una cifra insuficiente para afrontar una situación tan delicada. Los artistas valencianos no han sido capaces de apuntarse para que esto saliera adelante». Aunque ha reconocido que el propio Círculo también tiene que hacer «autocrítica». «Las juntas directivas que ha tenido la entidad en los últimos 25 años han utilizado el Círculo para proyectarse y han gastado el dinero de manera irracional, sin cuidar a los socios. Cuando entré no había ni contabilidad ni inventario. Lo único que han sabido hacer ha sido figurar», lamenta Stübing, y lanza la siguiente reflexión: «Todos somos un poco culpables. Esto es un reflejo de lo que ocurre en Valencia. Parece que lo único que funciona es el fútbol y las Fallas», critica. Los fondos del Círculo pasarán a engrosar los del Museo de Bellas Artes de València.