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No hay 'partida' para tanto Sorolla

Una campaña pide que el cuadro, valorado en 6 millones de euros, se traslade al Bellas Artes

No hay 'partida' para tanto Sorolla

Fin de jornada no se venderá en el extranjero. Así lo ha determinado el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM), que rechazó el recurso presentado por la familia de Joaquín Sorolla. La sentencia ha sido aplaudida por investigadores y conservadores de arte. Pero... ¿Y ahora qué? Unos valencianos lo han tenido claro. Fin de jornada debe trasladarse al Museo de Bellas Artes de València. La plataforma Change.org acoge desde el pasado viernes una campaña que pide al Ministerio de Cultura que compre el lienzo para que sea expuesto en la pinacoteca valenciana. La petición reunía hasta ayer poco más de 40 firmas.

«Queremos que la obra Fin de jornada de Sorolla que en la actualidad pertenece a los descendientes de la familia, sea comprada entre las distintas administraciones para el Museo de Bellas Artes de València. La sociedad valenciana se merece poder disfrutar de su pintor universal por excelencia, y Sorolla se merece este reconocimiento en la tierra que le vio nacer y que tanto predicó en sus pinturas a lo largo y ancho del mundo», reza la petición.

Mayor valor en el extranjero

La iniciativa ha pasado desapercibida en internet, al igual, que Fin de jornada para las administraciones españolas que pueden adquirirlo. La compra de un sorolla es un lujo al alcance de muy pocos. Es por ello que la familia del valenciano tiene muy claro que su futuro está fuera. Los Sorolla han indicado que la obra en conflicto tiene un valor de 6 millones de euros, una cifra que se acerca al presupuesto anual de algunos museos (el IVAM contó con 7 millones en 2017). Sin embargo, los abogados del Estado -que han tasado la obra para el TSJM- le otorgan un precio de venta de 3,5 millones de euros. La intención de la familia era igualar el precio alcanzado por La hora del baño, con 5,3 millones de euros en una subasta en 2003. El precio más alto alcanzado en España por un sorolla fue de 1,5 millones de euros en 1990.

Tal y como publicó Levante-EMV, se calcula que existen cerca de 150 sorollas en territorio valenciano. La mayoría pertenecen a colecciones privadas. Aunque la cifra podría ser inferior, a causa de la creciente demanda de obras del pintor en el mercado del arte. Uno de los lienzos que salieron de la Comunitat Valenciana para ser colgado en el extranjero fue Pescadores valencianos (1895). Se subastó en 2012 por 4,5 millones de euros. La venta tuvo lugar en Londres, el mismo sitio que la familia Sorolla ha elegido para avivar el entusiasmo por el valenciano, muy visible en EE UU.

La exposición de «Sorolla, maestro español de la luz» ha supuesto un hito en la trayectoria del valenciano. El público de la National Gallery -al igual que la prensa especializada- se ha rendido a una de las citas que han marcado la agenda expositiva europea. En la muestra, que viajará a Dublín en agosto, se pueden ver Autorretrato (1904), Madre (1895), Cosiendo la vela (1896), La vuelta de la pesca (1894), Chicos en la playa (1909) o Triste herencia (1899), lienzo que pertenece a la Fundación Bancaja. Parece que la administración se ha olvidado de aquel Museo Sorolla que proyectó en el puerto de València, aunque a juzgar por la petición de Change.org los valencianos vislumbran este espacio en el Museo de Bellas Artes, a pesar del cierre de la sala dedicada al pintor. Puede que la oportunidad para recuperar a Sorolla se dé en esta legislatura, o tal vez en la próxima, justo a tiempo para el centenario de su muerte.

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