El Palau de la Música pareció ayer el escenario de una película muda. Carreras por los pasillos, susurros y conversaciones a puerta cerrada fueron la tónica de una jornada que se pudo resumir en tres palabras: «gabinete de crisis». Y no era para menos: 8 metros del techo de la sala Joaquín Rodrigo del Palau se desprendieron sobre el patio de butacas de madrugada. La noticia trascendió durante las primeras horas de la tarde. Y el Palau no se pronunció hasta las 20.30 horas para comunicar simplemente que la actividad en la sala quedaba cancelada durante todo el mes de julio.

Hace tan solo siete meses que el auditorio se vio obligado a pronunciarse sobre un desprendimiento en el techo de la Sala Iturbi. Nada comparable a lo que sucedió ayer. El incidente de la Rodrigo ha provocado la mayor crisis a la que se ha enfrentado el Palau en los últimos años, ya que el desprendimiento ha puesto en jaque la viabilidad del edificio, ha requerido respuestas por parte de los gestores y ha enfrentado a los trabajadores con los responsables del auditorio, ya que hace varios años que el personal demanda un mayor esfuerzo económico en el mantenimiento del Palau, inaugurado hace más de 30 años.

Parte del techo -las placas de madera que lo cubren- cayó junto con, al menos, ocho focos. Por suerte, la sala estaba vacía cuando se produjo el incidente, lo que evitó que se produjeran daños personas. De hecho, no hace ni dos semanas que la sala acogió el concierto de clausura del curso escolar del Orfeó Valencià Infantil.

El auditorio no ha revelado las causas del accidente, aunque ya ha descartado que se trate de filtraciones de agua como las que provocaron el desprendimiento en la Sala Iturbi el pasado mes de noviembre. Sin embargo, según ha podido saber Levante-EMV, parte del personal teme que las causas sean más «programáticas», tal como ocurrió en el Concertgebouw de Ámsterdam, uno de los templos de música clásica en Europa. En 2017, el estuco de una de las molduras del techo del auditorio se desprendió a causa del volumen de sonido de una fiesta techno que tenía lugar en ese mismo momento, con unas 2.000 personas en el interior. El Palau recibiría un duro golpe de ser esta la causa, ya que desde hace años combina los conciertos clásicos con las actuaciones de grupos de rock y pop con un gran éxito de afluencia. Algunas de las últimas bandas que tocaron en la Rodrigo fueron Tardor y Novembre Elèctric el pasado mes de mayo.

Un proyecto para la restauración

El Comité de empresa del auditorio valenciano se reunirá mañana para redactar un escrito dirigido a la dirección y explicitar las demandas que exigirá tras el incidente. Según han señalado algunos miembros del comité a este periódico, se plantean pedir a la dirección el cierre del auditorio hasta que no se haga una revisión técnica del mismo. «Desde que se inauguró el Palau no se han llevado las labores de mantenimiento idóneas. Siempre hemos pedido que se destinara una considerable partida presupuestaria para el mantenimiento del edificio, para llevar a cabo la reparación de conchas acústicas, la rehabilitación de la fachada o el sellado de goteras. Pero tomar esa decisión es difícil», explican varios miembros del comité, ya que esas rehabilitaciones determinarían el cierre del auditorio por varios meses. «Medio año», calculan algunos miembros.

Según han confirmado fuentes cercanas al comité, el pasado martes se reunieron para leer un proyecto «muy ambicioso» para la reparación del edificio. «El proyecto llegaba tarde desde el principio», especifican estas mismas fuentes. Ayer se confirmó esta frase.

El desprendimiento de la Sala Rodrigo se produjo un día después de la renovación de Vicent Ros como director del Palau de la Música por tres años más. Además, el incidente ha ocurrido cuando todavía no se conoce el responsable de la concejalía de Cultura, un cargo que anteriormente ocupaba Glòria Tello.

Ros llegó a la dirección del Palau en junio de 2016, tras pasar un proceso de selección abierto al que se presentaron un total de 15 candidaturas. Entre las iniciativas que ha puesto en marcha durante sus primeros tres años de dirección se encuentran «Un Palau obert», por el que el auditorio se ha abierto a otros géneros musicales, o el ciclo «Emergents», para ser altavoz de bandas de distintos estilos que están empezando. De momento, los conciertos de Nes y los del Festival de Jazz (Melissa Aldana, Perico Sambeat's Electric Bath Ensemble, Jazztjans amb xiquets, Albert Palau's Flight Mode Quintet y Vicente Espí Cuarteto Espiral) se efectuarán en la Sala Iturbi y en la García Navarro.