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El toro es el rey

Los sanfermines rinden culto al protagonista de la fiesta brava

El toro es el rey

Muy pocas personas están dispuestas a dar un paso para entrar en el recorrido comprendido desde la cuesta de Santo Domingo hasta la plaza de toros de Pamplona y entender cómo la emoción de la carrera abrasa su conciencia y la tiñe de sensaciones inolvidables a las ocho de la mañana. Una sucesión de instantes a ritmo de zancada, a lo largo de 875 metros, gobernados por la bravura.

Una realidad masificada que pesa sobre los gemelos de los corredores, vibra en los ojos de los espectadores, aferrados al segundo vallado, y conecta con la eternidad de la fiesta de los toros como si la valentía fuera el elemento de estar en el mundo y activara la plenitud personal en un siglo XXI en el que las posverdades triunfan. El encierro es una válvula de escape para las frustraciones humanas desatadas en los adoquines de las calles, en las que la emoción está a flor de piel.

Con una simple mirada delante de los toros y cabestros, el corredor se relaciona con el resto del mundo y recibe ese privilegio de participar de la plenitud de una fiesta internacional que contó el Premio Nobel, Ernest Hemingway, en su novela Fiesta y disfrutó una de las grandes estrellas del siglo XX como Ava Gardner. Otras figuras de Hollywood como Errol Flynn, Tyrone Power o el mismísimo Charlton Heston también se divirtieron en Iruña junto al recordado fotógrafo alicantino, Francisco Cano, «Canito».

El ganadero en Pamplona está más presente que en ningún otro ciclo porque desde hace 60 años, cuando comenzó la Feria del Toro, se «subió el nivel del animal para ser otro puerto del norte y hacer frente a la Semana Grande de Bilbao», asegura Eduardo Miura, propietario de un hierro que lleva 52 corridas lidiadas en la feria pamplonesa y 10 premios «Carriquiri» al mejor toro del ciclo. El último fue en 2003, para el ejemplar «Lagartijo», lidiado por Padilla.

«Un público especial»

«El toro y el público son muy especiales en los Sanfermines. El animal que llevamos es el que más cara tiene de toda la camada y eso le hace ser protagonista de la fiesta porque se le respeta más. El público va a divertirse pero cuando sale un toro embistiendo, se vuelcan con la faena», apunta el criador sevillano que presentará sus toros el próximo domingo 14 de julio en las calles del casco viejo de Pamplona y, por la tarde, serán lidiados por Rafaelillo, Octavio Chacón y Juan Leal. «A la fiesta le falta imprevisibilidad y variedad y, en Pamplona, es donde más hay», concluye. Este coso, que dentro de tres años será centenario, tiene una capacidad para 19.721 espectadores y la sitúa como una de las mayores del mundo, tanto por su aforo como por su fama mundial.

En ese sentido, José Escolar, que realizará su quinta participación en la Feria del Toro el próximo martes en un cartel formado por Robleño, Castaño y Pepe Moral, explica que «el toro debe ser el rey de la fiesta y Pamplona así lo demuestra pero, últimamente, el interés por la fiesta taurina se ha decantado antes por los toreros que por los toros». El ganadero del encaste Albaserrada subraya la importancia de la tauromaquia en los Sanfermines: «La gente va a emocionarse a Pamplona porque sale el toro de verdad tanto por las calles como por la plaza. De hecho, mi corrida ya lleva cinco días en los corrales del gas, donde la gente va a visitarlos una semana antes de su lidia y eso también crea expectación y emoción».

Pablo del Río, ganadero de Victoriano del Río, cumplirá su décima comparecencia en Pamplona el próximo jueves en una terna formada por Ferrera, El Juli y Pablo Aguado: «Estar en la Feria del Toro es uno de los mayores premios que puede tener un ganadero porque, por parte de los organizadores, hay un trato señorial y una delicadeza hacia el toro y el ganadero que en otros sitios se echa en falta. Es de las primeras plazas en la que se puso el burladero de ganaderos». La ganadería madrileña dispone de cuatro premios a la mejor corrida del ciclo en honor a San Fermín: «El toro es el protagonista de la fiesta porque se habla antes de la ganadería que del cartel en las calles de Pamplona. Nosotros llevamos el animal que más trapío tiene». Pablo del Río recuerda una anécdota de la temporada que debutaron en Pamplona: «El número de entradas con el nombre de la ganadería en Internet se multiplicó por cinco y superamos las mil páginas».

El toro, como cantan las peñas pamplonesas en el segundo toro de las ocho corridas del ciclo, «no tiene trono ni reina / Ni nadie que le comprenda / Pero sigue siendo el rey».

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