El Festival Internacional de Benicàssim (FIB) dio ayer su segundo pistoletazo de salida a una jornada de conciertos en plena celebración de su 25 aniversario, con una programación que no dejó a nadie indiferente. Por el festival pasó el grupo británico The 1975, el norteamericano Gus Dapperton con su indie pop, los raperos Krept & Konan, y cómo no, la cita más esperada, Lana del Rey, entre muchas otras propuestas del ecléctico cartel.

Como no podía ser de otra forma, la actuación de la diva americana fue la más esperada. Alcanzó el escenario pasadas la 1.30 de la madrugada -30 minutos después de lo programado- y lo hizo acompañada de una banda instrumental que acompañó en cada una de las piezas la voz de porcelana de la artista en las melodías. Del Rey estuvo flanqueada por dos bailarinas, que protagonizaron impactantes coreografías en un decorado poblado de palmeras, hamacas y columpios. Aunque interpretó algún tema de su próximo disco, fue con la llegada de su clásico "Summertime Sadness" cuando más conectó con el público asistente. El enlace con el público fue tal que Lana del Rey no dudó a la hora de bajar del escenario y hacerse fotos al final de la actuación. A las 2:40 finalizó el concierto, fue la velada estrella de la noche.

Y es que durante este segundo día de festival, el FIB echó toda la carne en el asador con los cuatro escenarios operativos, después de un jueves donde muchos de los asistentes aprovecharon para instalarse y coger fuerzas.

La cola para ver a Lana del Rey se formó desde las 10 de la mañana, mientras que en el primer concierto de la jornada, a las 19:30h de la tarde, las primeras filas del escenario principal estaban repletas para no perderse ni el menor detalle de lo que fue el concierto más ansiado del viernes. Además, no fueron pocas las personas que adquirieron el abono de un día únicamente para ver a la cantante, entre ellas, una pareja que llegó desde Córdoba para el concierto.

Llegado el momento, los sonidos fluidos y delicados de la artista estadounidense redujeron el ritmo del festival a un compás slow-motion, creando en el escenario Las Palmas-Radio3 una atmósfera muy propicia para disfrutar de sus cuidadas melodías, además de las inspiradoras letras de la cantante y su dulce voz. Sin duda, dejó un muy buen sabor de boca en un abarrotado escenario principal. Su público, muy agradecido, no dejó en ningún momento de entonar sus canciones y aplaudir a la cabeza de cartel durante su actuación.

Durante el día de ayer, el número de asistentes superó a las 18.000 personas que pasaron el jueves por el festival, todo y que aún se esperan a los fibers más rezagados que todavía no han llegado a lo que está siendo uno de los encuentros musicales más esperados del año.

El recinto del camping ya ha cogido forma, respecto a un inicio del FIB con con una afluencia relativa. Tal y como aseguran dos de sus ocupantes, recién llegadas desde Londres y Manchester, el camping les ha permitido una estancia muy agradable y limpia, «más que en los campings de allí», afirman entre risas.

A pesar de que las altas temperaturas no acompañaron en Benicàssim, los asistentes afirmaron estar disfrutando mucho de esta vigésimo quinta edición, y eso que todavía quedan días de FIB por delante.