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Sorolla por el mundo

Una quincena de museos de EE UU y pinacotecas de Argentina, Cuba, Francia, Italia, México o Puerto Rico atesoran obras del pintor valenciano

Sorolla por el mundo

Joaquín Sorolla es uno de los artistas españoles con mayor proyección internacional. Su obra cruzó fronteras y océanos. Hace unos meses, la reina Letizia inauguró la exposición «Sorolla: Maestro español de la luz», en la National Gallery de Londres, la mayor muestra del artista valenciano en un siglo en la capital británica. Pero previamente, muchas han sido las instituciones alrededor del mundo que han mostrado su interés en la obra del pintor valenciano.

Según le consta a la casa museo del pintor en Madrid, su obra puede contemplarse en países como Argentina, Cuba, EE UU, Francia, Italia, México, Puerto Rico, y, por supuesto, España.

Así, EE UU es el país -fuera de España- con más museos interesados en Sorolla. Hasta 15 pinacotecas albergan piezas del maestro valenciano. La primera vez que Sorolla visitó EE UU fue en 1909 para inaugurar tres exposiciones en Nueva York, Búfalo y Boston. Precisamente en esta última conserva su museo de Bellas Artes una pintura: Paseo por el faro de Biarritz (1906). «Su representación de pasatiempos, como este paseo por el mar, atrajo a una gran audiencia estadounidense a principios de siglo», justifican desde el museo estadounidense la admiración que Sorolla despertó -y aún despierta- en EE UU.

La obra de Sorolla está ampliamente diseminada por la geografía norteamericana. Si uno viaja hasta Cincinnati (Ohio) encontrará en su museo hasta tres cuadros del valenciano: La nietecita (1908), Rose Bay (Jardín del Alcázar de Sevilla) (1908) y Puerto de Valencia (1897).

Por su parte, el Museo Meadows en Dallas (Texas) cuenta con cuatro cuadros y 12 dibujos. Los lienzos son Vista de Las Pedrizas desde El Pardo, Playa de Valencia, Granja de Alcira (1903) y Ciego en Toledo (1906). Mark A. Roglán, director del museo tejano, explica a Levante-EMV de dónde viene la fascinación en EE UU por el pintor valenciano. «Sorolla está tan presente en los museos estadounidenses debido a su indudable talento como artista y como parte de su historia, ya que visitó EE UU. Su trabajo fue ampliamente exhibido en todo el país». Además, destaca que su manera de «describir temas de la vida cotidiana, como los niños que corren en una playa, los paisajes de su amada España o retratos elegantes y animados, y presentarlos con una técnica audaz y rápida, es un tipo de pintura que conecta con el gusto de muchos mecenas y amantes en América».

Dos años después de su primera a visita a EE UU, en 1911, el maestro de la luz regresó al país. Esta vez, Chicago fue una de las ciudades donde presentó su obra en exposición. Precisamente allí, The Art Institute presume de tener cuatro obras de Sorolla: Dos hermanas (1909), Rocas en el faro, Biarritz (1906), Estudio de escena de playa (1906) y un preparatorio de ¡Triste herencia! (1899), obra que pertenece a la colección de la Fundación Bancaja.

El Museo de Arte de Filadelfia es otra de las instituciones interesadas en la obra del artista valenciano. La entidad conserva Jóvenes anfibios. (1903). El museo recuerda que compró la obra tan solo un año después de que el artista la pintara. «Representa el reciente pero creciente interés de los museos americanos en adquirir la obra del artista valenciano», sostienen. «En 1909 -añaden- el propio público americano mostró su pasión por Sorolla con su monográfica en la Hispanic Society en Nueva York. La exhibición durante un mes de 350 obras atrajo a aproximadamente 160.000 personas, aún hoy un número encomiable», aseguran.

Y son más los museos e instituciones norteamericanas que poseen Sorollas. Desde el Smith College Museum of Art en Northampton (Massachusetts) también confirman a este diario que cuentan con dos de sus obras: el retrato de Julianna Armour Ferguson (1919) y Árbol amarillo, La Granja (1906).

La larga lista de instituciones que tienen obras del artista valenciano la completan el Fogg Art Museum de la red de museos de la Universidad de Harvard (Cambridge, Massachusetts), The J. Paul Getty Museum (Los Ángeles, California), el museo de la escuela de diseño de Rhode Island (Providence, Rhode Island), la memorial Art Gallery de Rochester (Nueva York), la Washington University Gallery of Art de San Luis (Missouri), el instituto de arte Sterling & Francine Clark en Williamstown (Massachusetts) o el Museo de San Diego (California). Para esta última institución, que cuenta con dos Sorollas, las escenas de playa del artistas son «las más queridas» y En la orilla, de su propiedad, es un buen ejemplo de ello.

La Gran Manzana es, sin duda, una de las ciudades donde más se concentra la obra de Sorolla de todo EE UU. Allí, el Museo de Arte Metropolitano cuenta con cuatro lienzos del pintor, pero es la Hispanic Society of America la mayor valedora internacional de la obra de Sorolla. La entidad posee, al menos, unas 160 piezas del valenciano, entre ellas los aplaudidos paneles de Visión de España.

Desde la institución estadounidense aseguran a este diario que la Hispanic Society of America «siempre ha estado ligada a la figura de Sorolla». «Esta relación se plasma en la consecución de un objetivo común» compartido por Archer Milton Huntington (fundador de la Hispanic) y el pintor valenciano. «Ambos tuvieron el deseo de presentar a los estadounidenses la España del momento y a sus gentes», explican. «El inicio del tandem Huntington-Sorolla puede remontarse a 1908 cuando Huntington visitó Londres el 13 de mayo con la intención de adquirir obra de varios artistas españoles. Fue entonces cuando visitó las galerías Grafton y vio una exposición de obras de Sorolla; quedó cautivado por la interpretación de la luz plasmada en sus lienzos. Huntington compró varias obras en esta exposición, nombró a Sorolla miembro de la HS y le propuso realizar una exposición monográfica en su recién inaugurado museo», recuerdan. «Sin duda, en vida fue un pintor de rotundo éxito y de calidad, y sigue siéndolo gracias a cada exposición», concluyen.

Hispanoamérica y Europa

Pero Sorolla despierta interés no solo en EE UU. Países como Argentina también sienten admiración por él. El Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires tiene en su colección tres pinturas del artista. «Eran propiedad de la familia Errázuriz Alvear, dueños del Palacio Errázuriz hasta 1937, año en el que lo adquiere el Estado, con la mayor parte de las colecciones que contenía. Las tres pinturas representan a miembros de la familia: Josefina Alvear Errázuriz, dueña de la casa; Cornelia Ortúzar, madre de Matías Errázuriz, dueño de la casa, y Matías Errázuriz Alvear de niño, hijo del matrimonio. Las tres son piezas muy importantes del museo y están exhibidas al público», explican a Levante-EMV desde Buenos Aires.

Pero la devoción por Sorolla más allá del Atlántico no queda ahí: el Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba en La Habana cuenta con 32 obras del artista valenciano; y los museos de San Carlos en México D. F. y De Ponce en Puerto Rico también albergan Sorollas.

En Europa también hay gusto por él. El Museo de Bellas Artes de Burdeos y el D'Orsay de París cuentan con obras en su colección. Y hasta tres pinacotecas italianas -en Génova, Udine y la Galería Nacional de Arte Moderno de Roma- se han rendido a su luz. Esta última compró en la Exposición Internacional de Roma de 1911 el óleo Retirando las redes (1896).

Y en España no son pocas las instituciones que tienen obra de Sorolla. Por supuesto, su Casa Museo o el Prado son referentes. También en Madrid se pueden contemplar en el Congreso de los Diputados, el Museo Municipal, el Museo Postal y Telegráfico, el Museo Romántico o en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Otras ciudades que poseen en algunos de sus museos alguna obra de Sorolla son Álava, Barcelona, Cádiz, Castelló, Córdoba, A Coruña, Girona, Granada, Sevilla, Toledo, Vizcaya, y, por supuesto, su ciudad natal, València.

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