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El primer Vicent Andrés Estellés

El Magnànim reedita treinta un años después el único libro en castellano del poeta de Burjassot

El primer Vicent Andrés Estellés

Entre los meses de marzo y mayo de 1956 Vicent Andrés Estellés escribía sus poesías en castellano. Treinta dos años después, en 1988, Edicions Alfons el Magnànim publicó Primera soledad con aquellos poemas inéditos. Ahora el Magnànim ha sacado la segunda edición de uno de los mejores poetas de la literatura valenciana. Treinta un años del libro y más de sesenta de la creación de los versos, se puede leer la producción de Estellés motivada por la muerte de su primera hija, Isabel Andrés Lorente, a los tres meses de nacer.

La reedición cuenta con el estudio introductorio del profesor de la Universitat de València Ferran Carbó que contextualiza la creación en castellano del poeta nacido el 4 de septiembre de Burjassot de 1924. La madrugada del 1 de marzo moría la hija del poeta en la calle Bisbe Muñoz de Burjassot, en la casa de los abuelos. Primera soledad es una obra condicionada por esa tragedia.

«Fue escrita de forma repentina -explica Carbó-, como un vómito de versos en poemas, que obsesivamente, demuestran el desconcierto y el caos, la crisis personal motivada por el impacto y su imposibilidad de asimilación racional». Aunque Estellés, que empezó a escribir versos en castellano, ya había elaborado poesía en su lengua materna.

«Difícil explicación»

El propio Estellés da detalles del origen del poemario en el prólogo del libro, donde explica que todos los poemas los escribió en una vieja máquina de escribir Underwood. «Prácticamente iba por los folios finales, cuando me ocurrió algo de muy difícil explicación; caí en la cuenta de que lo había redactado en castellano y no en mi lengua». Relata Estellés que entonces pasó sus versos a su amigo Joan Fuster - «que entonces venía por casa con Sanchis Guarner-, y éste le recomendó no publicarlo para evitar pasar un mal rato a su familia.

Estellés siguió el consejo de Fuster y guardó el poemario. Detalla como treinta y un años después fueron a su casa unos jóvenes exdrogadictos de la Fundació El Patriarca para organizarle la extensa biblioteca. «No había transcurrido un par de horas, cuando apareció Primera soledad, nos abrazamos y comencé a pasar páginas y páginas, por eso va dedicado al muchacho que lo descubrió, Juan Encinas, con la bella Nani Ordóñez».

El autor de Assumiràs la veu d'un poble, anota «una pequeña explicación» por escribir sus versos en castellano, ya que «en mi caso, podría decir con cierto énfasis, no sólo fue la lengua del amor, sino la lengua del dolor, del horror, de la soledad, del vacío, en una palabra». Aclara entonces en esa primera edición del libro que seguirá publicando en valenciano y «espero se me pase este libro escrito en un idioma que en modo alguno puedo llamar extraño, y por el cual siento el amor más hondo, y el respeto más grande».

Libro agotado

Ferran Carbó sostiene que este poemario contribuyó todavía más a intensificar la poesía «singularísima» de Estellés. Para reforzar el argumento recoge el último poema de la sección III de la primera parte de Primera soledad: «Lo mío es otra cosa: es el relato, acaso, / de un estupor, de un largo y fluente estupor. / Tuve consciencia de ello desde el primer instante. / No he querido dejar que pasaran los días / [...] Aquí hay algo debajo / o encima de esta muerte. Y yo debo afrontar / la cuestión apartando de un golpe la elegía, [...] sin pararme a escoger con pinzas las palabras: / [...] Con la muerte de mi hija tal vez yo esté naciendo».

El Màgnanim sacó el único libro en castellano de Estellés hace pocos días y ya está agotado. El poeta del pueblo sigue de profeta en su tierra.

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