La exposición "Sorolla: Spanish Master of Light" abrirá este sábado sus puertas al público en la National Gallery de Irlanda tras su inauguración este viernes en un acto al que asisten el presidente de la Fundación Bancaja, Rafael Alcón, y la gerente Irene Guasque, en representación de la institución que ha cedido la obra "¡Triste herencia!" perteneciente a la colección de arte de la Fundación.

La exposición, que se podrá visitar hasta el 3 de noviembre, está integrada por 52 obras de Joaquín Sorolla. Esta es la primera exposición de la obra de Sorolla en Irlanda, organizada con la National Gallery de Londres, en colaboración con el Museo Sorolla de Madrid. La exposición se presentó por primera vez en la National Gallery de Londres, donde se clausuró el pasado mes de julio. La exposición de Dublín incluye 14 obras que no se exhibieron en Londres.

La exposición muestra una selección de sus obras maestras tempranas de temática social, entre las que se encuentra "¡Triste herencia!", única obra del artista valenciano que ha viajado desde la ciudad de València a esta exposición. La muestra incluye también retratos y escenas de género de la vida española, así como los paisajes, las vistas de los jardines y las escenas de playa por las que Sorolla es internacionalmente conocido.

Éxito de público y crítica en la Exposición de 1900

Pintada por Sorolla en la playa de la Malvarrosa hace 120 años, en 1899, el artista incluyó la obra "¡Triste herencia!" en la cuidada selección de trabajos que envió a la Exposición Universal de París de 1900, donde causó una gran sensación, tanto entre el público como entre la crítica. El jurado le concedió por mayoría el Grand Prix por la totalidad de su obra, pero en especial por "¡Triste herencia!" La pieza permaneció en la Iglesia de la Ascensión de la Quinta Avenida de Nueva York durante más de cincuenta años hasta que fue adquirida por Fundación Bancaja en 1981, recuperándola así para el patrimonio cultural valenciano.

Joaquín Sorolla pintó "¡Triste herencia!" durante el verano de 1899 en la playa de la Malvarrosa. Abordó la obra influido por las ideas de su gran amigo, el escritor Vicente Blasco Ibañez, quien le convenció de que la pieza era una de las contribuciones más importantes de contenido social que se habían realizado hasta el momento. Finalmente, la obra supuso la culminación del reconocimiento internacional de Sorolla y es uno de sus trabajos más importantes.

"Los hijos del placer"

La escena refleja el drama social de niños enfermos acogidos por el hospital valenciano San Juan de Dios, retratados en la escena del baño que Sorolla había presenciado en numerosas ocasiones. La elaboración del cuadro no fue fácil y el artista estuvo a punto de abandonarlo, pero sus amigos más cercanos le animaron a continuar. En un primer momento, Sorolla quiso titular la pieza como "Los hijos del placer", pero Vicente Blasco Ibáñez le sugirió "¡Triste herencia!", haciendo alusión a las teorías degeneracionistas de finales del siglo XIX, según las cuales, los vicios de los padres degeneraban en graves problemas para los hijos.

Queriendo dar a la escena un dramatismo intenso, el pintor prefirió el sol de la tarde y distribuyó el grupo infantil (casi una veintena de niños) en torno al hábito negro del monje. El trabajo se inició con varios apuntes, pero finalmente Sorolla afrontó la composición directamente sobre el lienzo, donde cobra especial protagonismo el mar, muy oscurecido, que ocupa prácticamente toda la composición. Las figuras de los niños aparecen iluminadas por el intenso sol de la tarde de verano y por la introducción en la composición de las muletas. En algunas de esas figuras de niños se manifiestan, incluso, las grandes dificultades que tenían para caminar. Las sombras de los niños acentúan más el dramatismo de la escena, que junto con la extrema palidez de los cuerpos, resaltados por la penetrante oscuridad del mar, confieren a la composición una impactante emotividad.

A pesar de sus dudas iniciales, Sorolla incluyó "¡Triste herencia!" en la cuidada selección de obras que envió a la Exposición Universal de París de 1900, donde la obra causó una gran sensación, tanto entre el público como entre la crítica. El jurado de la Exposición le concedió por mayoría el Grand Prix por la totalidad de su obra, pero en especial por "¡Triste herencia!"

España no quiso la obra

Al finalizar esta exposición, Sorolla propuso al Estado español adquirir la obra por 40.000 pesetas, pero, pese al entusiasmo unánime que la obra había despertado en París, los críticos españoles más tradicionales la censuraron. Así, cuando los liberales llevaron la propuesta de compra de la obra al Parlamento, los conservadores la rechazaron frontalmente. Deseoso de que la obra permaneciera en España, Sorolla depositó su pintura en el madrileño Museo de Arte Moderno, a la espera de que las Cortes Españolas votaran el crédito necesario para su adquisición.

Esperó casi dos años hasta que en febrero de 1902 la vendió a Jesús Vidal, un coleccionista español residente en Nueva York. Vidal vendió el cuadro en 1904 a un magnate del carbón americano, John E. Berwind, quien, a su vez, lo donó al Colegio Dominical de la Iglesia de la Ascensión en Nueva York cuatro años después. Después, la obra quedó depositada en la famosa iglesia de la Fifth Avenue durante más de setenta años.

En 1981, Bancaja adquirió la obra en una subasta por una cantidad nunca alcanzada hasta ese momento por un Sorolla: 240.000 dólares, recuperando así la pieza para el patrimonio cultural valenciano.