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Futuro imperfecto

Emilio de Justo, Daniel Luque y Juan Ortega aspiran a cambiar su suerte, que está por decidir

Futuro imperfecto

Uno de los retos más difíciles que deben resolver los empresarios taurinos es saber conjugar el interés del público con la rentabilidad de un festejo, ya sea esta última a corto, medio o largo. Además, los gustos de los aficionados más ocasionales no coinciden siempre con el criterio de los más entendidos, mucho más exigente y tantas veces tan difícil de satisfacer. Hay más variables -algunas, incluso, producto de malas praxis o de vicios adquiridos por el llamado sistema- pero estas dos por sí solas dan una idea de lo complicado que es ser empresario taurino si se quieren hacer las cosas por derecho y atender a dos principios básicos: ofrecer un buen espectáculo y ganar dinero.

El buen taurino, por tanto, siempre debe estar atento a cualquier opción que suponga un aliciente para dar un servicio de mayor calidad a su clientela y entre estas está la de tener el olfato muy fino para detectar los toreros que están en buen momento. Este mes de agosto son varios los coletudos que están haciendo méritos para que las empresas se fijen en ellos y los incluyan en carteles que conciten cada vez en mayor medida la atención de los espectadores.

Encabeza la lista Emilio de Justo, portador de una tauromaquia asolerada, de corte clásico, que poco a poco está consiguiendo una cierta regularidad en el triunfo pese a que la espada sigue cerrándole éxitos cantados, cuestión ésta que deberá trabajar si quiere de verás acceder al cotizado grupo de las figuras. El extremeño, que supo crecer como torero en las ferias francesas cuando nadie se acordaba de él en su país natal, se ha abierto hueco a base de constancia y superación. Un ejemplo de fe tremenda en sus posibilidades en una carrera cuyo eje está siendo la plaza de toros de Las Ventas, a la que probablemente volverá en la próxima Feria de Otoño, combinando ganaderías más comerciales con las más encastadas y exigentes.

La sorpresa del mes de agosto es un conocido diestro que también está resurgiendo de sus cenizas en el país vecino y cuyo culmen ha sido el triunfo de su encerrona en solitario en la plaza de toros de Bayona (Francia). Daniel Luque entendió a la perfección al quinto de la tarde, «Mironcillo» -que perteneció a la ganadería de Pedraza de Yeltes, premiado con la vuelta al ruedo- con el que bordó el toreo y al que le cortó las dos orejas y el rabo.

Otro diestro sevillano que llega con la yerbabuena en la boca es Juan Ortega, un coletudo al que incomprensiblemente los empresarios de la Maestranza le cerraron las puertas de la pasada Feria de Abril y que se está abriendo hueco a base de torear como los ángeles. Las corrida de La Quinta en la presente Feria de Begoña de Gijón y el festejo del pasado 15 de agosto en la capital de España son dos buenos termómetros para medir la alta temperatura artística que es capaz de alcanzar el chaval cuando se le dan oportunidades.

Semana Grande

Esta tarde comienzan las Corridas Generales de Bilbao, auténtico puerto de montaña agosteño de la temporada taurina y en la que estarán presentes dos toreros valencianos que suponen el presente, cada vez más continuo, y el futuro de la fiesta en nuestra tierra. Enrique Ponce se enfrentará el próximo martes 20 de agosto a los toros de la ganadería de Zalduendo junto con Diego Urdiales y Ginés Marín y cerrará su actuación en la «Aste Nagusia» en la corrida de Garcigrande el jueves 22 de agosto, alternando con El Juli y Pablo Aguado. Por su parte, el diestro Román toreará mañana en la capital vizcaína junto a Álvaro Lorenzo y Luis David Adame, que se enfrentarán a seis astados de la acreditada ganadería de Torrestrella.

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