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Análisis

Los festivales valencianos lideran el ranking de público

Medusa, Arenal Sound y Rototom aguantan el tirón en un año en el que la asistencia a este tipo de macroeventos musicales desciende

Asistentes al Medusa, en Cullera.

Los festivales de esta temporada se han saldado con inesperadas variaciones respecto a años anteriores en cuanto a asistentes, venta de entradas o artistas representados en sus respectivos carteles.

Un ejemplo de ello son los descensos de asistencia en los festivales Mad Cool, Sónar o el Festival Internacional de Benicàssim (FIB), que después de su deterioro en este 2019, ha sido adquirido por los responsables de otro de los grandes encuentros musicales del panorama nacional, el Arenal Sound y el Festival de Les Arts, entre otros. Además de esto, el festival Doctor Music se vio obligado a cerrar sus puertas a consecuencia de desfavorables condiciones.

Las primeras alarmas, según datos ofrecidos por Efe, comenzaron a sonar cuando el emblemático festival Primavera Sound, pionero en la innovación musical y las apuestas más arriesgadas entre las líneas de su cartel, no anunció el sold out como era habitual en ediciones anteriores. Esto fue un hecho que ni Rosalía, J Balvin, Miley Cyrus o Carly Rae Jepsen como artistas estrella de esta edición pudieron detener a pesar de su éxito desorbitado e intrínseco.

En el punto álgido de la balanza

«Podemos decir que este verano ha quedado clara la fortaleza del sector», opina Albert Salmerón, presidente de la Asociación de Promotores Musicales (APM), la mayoritaria del sector en el país. «Definitivamente es un mercado estable, pero no estático. Nuestro campo es la innovación, la creatividad y el arte, y eso siempre conlleva cierto riesgo», añade.

A pesar de no haber colgado el cartel de «completo» en el Primavera Sound, la estrategia llevada a cabo con la minuciosa selección de los headliners dio sus frutos y el festival terminó igualando sus mejores cifras respecto a la edición anterior: 220.000 asistentes, con una de las jornadas en las que el festival recibió a 63.000 personas en su recinto.

Esta estrategia de expansión del abanico musical y la llamada a artistas más mainstream como Miley Cyrus, fue una pauta que ya se veía en festivales de menor calibre desde algunos años atrás. Según Alfonso Lanza, codirector de la cita, «se hace necesario renovar lo que consideramos cabezas de cartel para no caer en el estancamiento y seguir siendo relevantes para nuevas generaciones». A la cabeza de los festivales más agraciados de esta temporada se sitúan el Medusa Sun Beach Festival, celebrado en Cullera; el Arenal Sound de Burriana y el festival Viña Rock de Albacete.

El festival de música electrónica y urbana Medusa Sun Beach ha batido récord en este 2019 con 315.000 asistentes frente a los 300.000 de la edición anterior. El Arenal Sound de Castelló se agencia la segunda posición del ranking con 300.000 espectadores, que agotaron las entradas cuatro meses antes de que se celebrase el festival pese a no conocer todavía el cartel. Finalmente el bronce se lo ha llevado el festival Viña Rock, situado en Villarobledo. Con sus propuestas más alternativas basadas en el rap, hip-hop, rock nacional y la música más independiente, consiguieron superar las cifras del 2018 con 210.000 asistentes, ascendiendo a 240.000 espectadores en 2019.

Otros de los encuentros musicales de este año que cierran el balance en positivo han sido el Dream Beach de Villaricos, en Almería; el malagueño Weekend Beach, el gaditano Cabo de Plata y el burgalés Sonorama de Aranda de Duero.

En el polo opuesto

La cuarta posición en la lista con mejores resultadosse la lleva el Primavera Sound, que iguala cifras, y el quinto lugar es para el mejor festival reggae del mundo, el Rototom Sunsplash celebrado en Benicàssim, que a pesar de situarse en los puestos más altos de la lista ha decrecido en cuanto a número de asistentes respecto a la edición anterior, consiguiendo reunir este año a 202.000 asistentes frente a los 208.000 que acudieron en 2018. Tampoco ha sido buen año para el madrileño Mad Cool, que ha reducido su asistencia en 54.000 personas; el BBK Live de Bilbao, que pasó de 120.000 a 112.000 asistentes o el Sónar, que pese a varios contratiempos, pudo llevarse a cabo, pero con 21.000 asistentes menos.

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