La polémica por la presencia de Roman Polanski en la sección oficial de la 76 Mostra de Venecia arreció en la jornada de inauguración al anunciar la presidenta del jurado, Lucrecia Martel, que no asistirá a la gala en la que se proyectará el último trabajo del cineasta, condenado por violación.

Sus declaraciones le robaron protagonismo a las estrellas del día, Catherine Deneuve y Juliette Binoche, que abrieron la competición con La verité, un drama madre-hija del japonés Hirokazu Kore-eda sobre la necesidad humana de mentirse a uno mismo.

«No voy a asistir a la gala de Polanski porque represento a muchas mujeres que estamos luchando en Argentina por cuestiones como ésta, no deseo ponerme de pie y aplaudir», dijo Martel en rueda de prensa, flanqueada por el director del certamen, Alberto Barbera.

Al mismo tiempo la directora de Zama consideró «acertado» que la nueva película del director de La semilla del diablo esté en el festival «porque es un diálogo que nos debemos y qué mejor lugar que éste para emprender ese camino».