Para Llorenç Giménez el oficio de cuentacuentos era un regalo, «como cualquier artista», decía hace menos de un año en una entrevista al suplemento Aula de Levante-EMV. «Contar, pasarlo bien y vivir de esto. Disfrutas de tu trabajo y, encima, te aplauden. A los fontaneros y a los pintores no se lo hacen. No me imaginaba poder vivir de esto».

El «contacontes» y «rondallista» Llorenç murió el viernes a los 65 años a causa de un cáncer. Durante la jornada de ayer, decenas de familiares, amigos y representantes de la política y la cultura valenciana, como el Conseller de Educación y Cultura Vicent Marzà, acudieron al tanatorio de València para despedirse de un hombre que, tal como escribió ayer el músico y escritor Xavi Sarrià, «sembró vida, imaginación y conciencia».

El presidente de la Generalitat, Ximo Puig destacó que «la muerte de Llorenç Giménez nos deja huérfanos y tristes a miles de valencianos que amamos la lectura con él. Mi agradecimiento a su valiosa labor». Por su parte, el conseller de Educación, Vicent Marzà, aseguró que «en cada sonrisa de miles de valencianos, entre los que se incluye, hay una parte de Llorenç», al que calificó de «amigo, compañero y referente». «Sin su estima y compromiso con la lengua y la cultura popular seríamos un pueblo mucho más pobre», destacó Marzà en Twitter.

Nacido en Alfafar en 1954, Llorenç ha dejado un legado de una veintena de libros infantiles en valenciano, como El fantasma del ulls blaus, Els animal agraïts o La mona i la palmera cocotera; pero también de adivinanzas, chistes y canciones. Además, colaboró en programas de la radio y televisión valenciana. Entre otros premios, contaba con el Empar Lanuza de literatura infantil, el de la Crítica Serra d'Or y el de l'Associació de Biblioteques Valencianes.

Él mismo contaba en su entrevista a Aula que antes de ser cuentacuentos fue maestro durante 18 años, «nueve como fundador en Escola Gavina de Picanya, y después me saqué las oposiciones y me fui a la escuela pública». «En el colegio yo contaba historias por placer -recordaba-; el método educativo no era Freinet, pero jugábamos y cantábamos, había expresión libre... Comencé a dar cursos, me llamaban del simposio de Enric Valor, y en 1996, viendo que me llamaba mucha gente y en vacaciones iba a bibliotecas, pensé en pedir la excedencia. Fue una decisión arriesgada pero siempre tenía la seguridad de volver a la función pública».

Empezaba así la carrera del «contacontes» Llorenç, aunque cuando se dio de alta en la Seguridad Social, según contó, lo tenía que hacer como «rondaller» ya que no existía ni «cuentero» ni «cuentacuentos». «A mí me han mantenido en este oficio las escuelas, bibliotecas, asociaciones culturales, fundaciones... La actividad era gratuita y los colegios la pedían. Hubo una época dorada, pero ahora también es potable».

Tras su fallecimiento ayer, muchos recordaron a través de las redes sociales no solo su labor como transmisor oral de la cultura popular valenciana, sino también como persona comprometida y como promotor del valenciano. «En mi caso -explicaba Llorenç en la misma entrevista a Levante-EMV-, el hecho de contar también ha sido por la lengua: siempre he trabajado en la línea en valenciano, tanto con castellanohablantes como valencianohablantes. Hoy ya está más normalizado, pero cuando empecé hace 22 años fuera donde fuera ya me recibían bien».

A través de un comunicado, Escola Valenciana calificó a Giménez de «tesoro de los cuentos» que ha «dejado huérfanas mil sonrisas de ojos centelleantes». La asociación de profesionales de la narración oral en España AEDA resaltó a Llorenç como un «maestro de la palabra dicha y bellísima persona».

El presidente de Les Corts Valencianes, Enric Morera, describió ayer a Giménez como un «buen hombre», un «gran valenciano» que «abrió muchos caminos, para los mayores y sobre todo a los niños con sus cuentos». «Siempre con una sonrisa, una palabra amable. Te echaremos de menos», manifestó en redes sociales.

La vicepresidenta Mónica Oltra agradeció a Llorenç el «haber hecho soñar a nuestros hijos e hijas y haber hecho de la infancia nuestra patria». En la misma línea se ha pronunciado el conseller de Hacienda, Vicent Soler escribió «te echaremos mucho de menos. Los niños y niñas valencianos por supuesto, pero también aquellos que tuvimos la suerte de compartir contigo momentos deliciosos de la vida. Hasta siempre, amigo».