P Su primera novela, «El Encanto», fue todo un éxito. «Flor de sal» (Espasa) acaba de salir al mercado y parece que lleva el mismo camino.
R Estoy muy contenta. Al principio me intimidaba un poco el reto. Escribí Flor de sal en un momento vital muy bonito porque era cuando estaba embarazada y durante los primeros meses de vida de mi hijo. Fue todo muy chulo. ¡Entre manos tenía a los dos niños, al bebé y al libro! Creo que se nota en la novela que yo estaba en un momento vital muy bonito.
P La primera la ambientó en Cuba y esta, en Bolivia ¿Responde a un por qué?
R Yo también me lo pregunto, pero ha sido pura casualidad. Siento que las novelas me eligen a mí para escribirlas. Tengo la suerte de haber viajado un montón con mis padres y conozco bastante mundo. Esta novela la llevaba gestando mucho tiempo y la pena es que no puedo viajar a 1913. Los escritores acumulamos historias vividas y novelas que, de repente, encuentras el momento para soltarlas y creo que este ha sido el momento de Flor de sal.
P La novela está llena de contradicciones. ¿Su vida es una contradicción?
R ¡Me encanta! Pero no, es porque en la contradicción está el conflicto y todas las historias tienen que tener un conflicto y cuánto más, mejor. Además, la contradicción es la sangre de la que se nutre el relato. Me interesaba mucho el escaparate del Salar de Uyuni, que es el otro gran protagonista el libro, que es un lugar increíble porque parece de otro planeta. Y me gusta mucho porque además del desierto de sal, en época de lluvias, dicen que esta zona es el mayor espejo del mundo. Entonces yo pretendía relatar un poco el viaje de Julieta, que tiene que pasar por muchas cosas, para poder llegar a reflejarse en ese espejo, poder completar el viaje y descubrir en su reflejo quién es realmente.
P La novela, además, es el retrato de la sociedad previa a la primera guerra mundial.
R Sí, de un momento histórico muy interesante donde el mundo estaba bullendo .
P La protagonista, Julieta, es una avanzada a su época y una mujer que siempre va a contracorriente.
R El personaje me gusta mucho por su rebeldía, su inconformismo y sus ganas de aventura. Curiosamente todo le viene por su padre que luego, contradictoriamente, es el muro que intenta contenerla. Me gustaba el contraste de decir que ella es así por lo que le viene de él, que luego es la persona que intenta domarla, aunque consigue lo contrario.
P ¿Cuánto tiene de realidad y cuánto de ficción?
R Los personajes reales, como Simón Patiño, el conocido como rey del estaño, solo los utilizo para darle un poco de color a la trama, todo lo demás es inventado.
P ¿En qué se reconoce cuando ve a Julieta?
R Cada escritor tiene una visión del mundo y creo que la mía es la de ser una romántica sin pudor ninguno. Me gustan mucho las historias con sentimientos fuertes, con personajes en circunstancias complicadas y en ponerles dificultades en el camino para que hagan un viaje interior importante y vayan de la mano del lector en la aventura.
P En esta novela se nota, y mucho, que usted es guionista.
R Cuando me lo dicen me lo tomo como un piropazo y me encanta. Los guionistas tenemos tan interiorizado el no aburrir que a mi me sale la guionista que llevo dentro y, sin darme cuenta, todo el rato le estoy metiendo giros a la historia.
P Vamos, que usted es una contadora de historias profesional.
R ¡Qué bonito!. Pues me encantaría serlo. Me sigue pareciendo mentira que me pueda ganar la vida con algo que me gusta tanto. ¡Es que para mí esto no es un trabajo, es un lujazo! Me parece increíble que me paguen por hacer esto que tanto me encanta.
P ¿Veremos «Flor de sal» en televisión?
R Creo que sí. ¡Ojalá!
