La joven violinista ucraniana Tetiana Lutsik se alzó el pasado sábado con el Primer Premio del Concurso Internacional de violín CullerArts, cuya primera edición se clausuró en el Auditori de Cullera con la participación de los tres finalistas, que interpretaron los conciertos para violín y orquesta de Brahms, Sibelius y Chaikovski junto a la Orquesta de València dirigida por Isabel Rubio. La convocatoria, en la que participaron una veintena de jóvenes talentos del violín procedentes de más de una docena de países, se erigió, tanto por la calidad de los concursantes como por la solvencia del jurado, en cita de referencia del universo violinístico español y europeo.

Presidido por el director de orquesta y alma máter del concurso, el director de orquesta Cristóbal Soler, en el jurado figuraron personalidades tan solventes del violín contemporáneo como Leticia Moreno, Miguel Borrego o Enrique Palomares, concertista y concertino de la OV. Tampoco faltaron en el tribunal de la fase final personalidades como el director de orquesta edetano Álvaro Albiach, la compositora y Presidenta de la SGAE Pilar Jurado, la violinista y concertista Mariana Todorova o el crítico y académico setabense José Luis García del Busto.

Tetiana Lutsik, paisana de figuras legendarias del violín universal como los ucranianos David Oistraj, Leonid Kogan o Isaac Stern, lució desde el primer momento una categoría artística y destreza instrumental de primer rango. Ya desde las notas iniciales en pianísimo del comprometido Concierto para violín y orquesta de Sibelius dejó asomar su asombrosa madurez artística, heredera sin duda de la gloriosa tradición violinística de su país natal. Poco importó que en el tercer movimiento sufriera algún lapsus -en absoluto ajeno al desconcierto de la batuta- ante la bien forjada dimensión artística de una intérprete cuya victoria, sin duda, contribuirá a afirmar el prestigio de la nueva cita musical, promovida por iniciativa del Ayuntamiento de Cullera, cuyo alcalde -el socialista Jordi Mayor- es él mismo músico (percusionista), como también su concejal de Actividades Musicales, el trompetista Juan Carlos Alandete Castillo, solista en excedencia de la Orquesta Nacional de España.

Segundo y tercer clasificado

Es en tan propicio marco musical pleno de músicos en el que nace este certamen, con decidida vocación de convertirse en obligada cita internacional en el mundo de las cuatro cuerdas. A ello contribuirá también la calidad del segundo clasificado, el joven violinista madrileño Jaime Naya Maceira, quien deslumbró con el virtuosismo centelleante con que afrontó el conocido Concierto para violín de Chaikovski.

Impresionó en este joven talento español su sólida preparación técnica y sus apabullantes medios. El futuro es prometedor para Naya, y si logra imponer su propia personalidad, podrá convertirse en verdadero as del violín. Ser, además del virtuoso que demostró ser, un artista con cosas propias e interesantes que expresar. A su impecable Chaikovski le faltó aire, flexibilidad, hondura y peso expresivo. A pesar de ello, recibió el «Premio del público», sin duda gracias tanto a su virtuosismo centelleante, como a su juventud -ronda los 19 años - y al paisanaje, al ser el único español en esta final casi de titanes.

No faltaron estas cualidades a la alemana Johanna Schreiber, tercera clasificada, cuya versión del Concierto de violín de Brahms resultó perjudicada por un acompañamiento a todas luces insuficiente. Desde los primeros momentos, los desajustes con el desequilibrado acompañamiento orquestal fueron rémora para una artista que en las pruebas preliminares estuvo muy por encima del discreto perfil ofrecido en esta fase final. La entrega de premios, presidida por Jordi Mayor, contó con la presencia de conocidas caras de la vida musical y política. El tercer premio fue entregado por la concejala del Ayuntamiento de València y Presidenta del Palau de la Música, Glòria Tello, que estuvo acompañada durante el concierto por el director del Palau, Vicent Ros.