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Fotografía

Las imágenes valencianas de Henri Cartier-Bresson cotizan a lo alto

Sotheby's subasta una foto tomada en la Plaza de Toros en 1933 y estima su valor en hasta 9.000 dólares

Fotografía tomada por Henry Cartier en la Plaza de Toros de València y que saldrá a subasta henry cartier-bresson

En otoño de 1933 la revista «Vu Magazine» envió al fotógrafo francés Henri Cartier-Bresson a cubrir las elecciones españolas de 1933. Visitó Toledo, Alicante, Barcelona, Granada, Córdoba, Sevilla y Madrid, ciudades en las que, además de los comicios, fotografió pobreza, prostitución, lugares abandonados o personas dormidas en lugares públicos. Del 28 de noviembre al 6 de diciembre de 1933 presentó en el Ateneo de Madrid una exposición de lo que él llamaba «fotos antigráficas» organizada por el poeta Guillermo de Torre y el torero Ignacio Sánchez Mejías. De Torre alaba «la belleza intacta de sus fotografías», que tienen «una intención vagamente superrealista» cuando «el fantasma de lo irreal hace acto de presencia en la vía pública».

La impresión de una de las fotografías que Cartier-Bresson tomó en València saldrá a subasta dentro de dos semanas en la sede de Nueva York de la londinense casa Sotheby's, y su valor ha sido estimado en entre 6.000 y 9.000 dólares. Lo hace bajo el título de «Anfiteatro romano de València, España», aunque lo que retrata el francés es el interior de la plaza de toros de la calle Xàtiva. En concreto, y a tenor del «7» que se adivina en el portalón, la «puerta grande» del coso.

El protagonista de la foto es un alguacil situado en primer plano y con un reflejo en las gafas. Al fondo se observa, desenfocado, a un niño asomado en el portalón. En 2014 la misma Sotheby's de Nueva York vendió en subasta otra copia de esta misma fotografía por 10.625 dólares. Otra copia se subastó en 2008 por 6.875 dólares, y otra ese mismo año por 8.750.

Existe otra fotografía muy similar a esta, con el mismo protagonista, pero tomada desde otro ángulo y en vez del niño desenfocado aparece al fondo otro empleado de la plaza.

No son las únicas imágenes que Cartier-Bresson tomó en València con su pequeña cámara Leica de mano de 35 mm durante aquel viaje. En una de las más conocidas aparece un niño con los brazos extendidos y expresión de éxtasis ante una pared de la que se ha desprendido la cal. Al parecer, está esperando a que caiga la pelota que ha lanzado al aire, aunque también podría ser un niño ciego. En 2004 Sotheby's vendió una copia de esta imagen dedicada por él mismo por 78.000 dólares. En la web de la agencia Magnum se puede encontrar también un par de imágenes de una familia tras la reja de un ventanal en una casa de València.

De su estancia en Alicante, destacan esos «momentos decisivos» que reivindicaba el fotógrafo francés, tomados en los prostíbulos.

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