Helga Schmidt, primera intendente del Palau de Les Arts y máxima responsable de la ópera valenciana durante 15 años, falleció el pasado 25 de septiembre a los 78 años en su casa campestre del Piamonte italiano tras una larga enfermedad, según ha podido saber este periódico de fuentes cercanas a su familia.

Schmidt -que atrajo a Les Arts a leyendas de la música como Zubin Mehta o Lorin Maazel e impulsó producciones como la Tetralogía del Anillo de Wagner con Mehta y la Fura dels Baus-, residía actualmente en Italia pero tendría que haber viajado a València el próximo 4 de noviembre para declarar como acusada en el juicio por el presunto desvío de 674.750 euros de fondos públicos en la Fundación Palau de les Arts Reina Sofía. Esta declaración ya fue aplazada el 8 de enero después de que la antigua intendente sufriese un "episodio cerebral" el día de Reyes y por el que fue hospitalizada en Milán, según explicó su último abogado, Carlos Saíz Díaz.

En el año 2000, Schmidt (Viena, 1941) fue la elegida por el Gobierno autonómico que presidía Eduardo Zaplana, y del que Francisco Camps era conseller de Educación y Cultura, con el encargo de levantar el proyecto cultural que debía situar a València en el mapa de la lírica internacional. Fue Camps quien propuso el nombre de Schmidt, a quien había conocido en 1998 de la mano de Plácido Domingo cuando se encargó de producir el polémico montaje de la ópera 'Luna', de José María Cano, en el Palau de la Música. Se fue de Les Arts en enero de 2015 con la salud debilitada y después de que el coliseo fuese intervenido judicialmente y ella fuese detenida por los presuntos delitos de prevaricación, malversación y falsedad documental.

Con una biografía que la ligaba desde niña a la música clásica y con una agenda en la que figuraban todos los grandes nombres de las últimas décadas, antes de ser la intendente de Les Arts, Schmidt había sido la directora artística del Covent Garden de Londres. Vio debutar en la Royal Opera House a directores como Riccardo Chailly, Carlos Kleiber, Lorin Maazel, Zubin Mehta, Riccardo Muti, Seiji Ozawa o Georges Prêtre, así como a cantantes como Montserrat Caballé, José Carreras, Plácido Domingo o Luciano Pavarotti.

Su padre había sido director de orquesta y pianista, así que por los salones de su casa familiar había visto desfilar a grandes batutas y solistas. La joven amante de la música se convirtió con 22 años en asistente de, posiblemente, la mayor leyenda de la dirección de orquesta, Herbert von Karajan, el «Dios de la batuta». "Fue Karajan quien me aconsejó que tomara el camino de la dirección artística, empezando desde abajo, conociendo todos los rincones del teatro", recordaba Schmidt en la biografía sobre ella que ofrecía la web del Palau.

A partir de ahí, la trayectoria de Schmidt aparece vinculada a los mejores escenarios de la ópera mundial. Además de su trabajo en la ópera londinense, fue directora del Maggio Musicale Fiorentino, uno de los festivales líricos de referencia internacional.

Y así llegó a València, atraída por los políticos a "una maravilla que no había visto en el mundo", según recordaba en una entrevista ofrecida a este periódico en mayo de 2015. Fue ella, con sus contactos y su influencia, la encargada de sumar al proyecto a dos ilustres genios del foso: Lorin Maazel y Zubin Mehta. Ambos acabaron desvinculándose de la ópera valenciana y no renovando sus elevados contratos después de que esta no se librara de las consecuencias de la última crisis económica.

La intendente (Doña Helga, para todo el que ha tenido algo que ver profesionalmente con Les Arts) contó en alguna ocasión que a Maazel lo convenció para que fuese director de la futura Orquesta de la Comunitat Valenciana diciéndole que lo había hecho todo en la música salvo, precisamente, crear una orquesta. Él pidió respaldo económico para aceptar. Y lo tuvo: audiciones a miles de kilómetros para elegir a los 90 miembros de la orquesta titular de Les Arts entre más de cinco mil candidatos. La formación resultante debutó en 2006 y ha acumulado elogios unánimes pese a llegar a incluso casi la mitad de sus componentes de plantilla. Ha sido el gran activo del coliseo.

Lejos quedan, sin embargo, los tiempos dorados de la Tetralogía de Richard Wagner, el «sueño» en el que la intendente Schmidt trabajó desde el año 2000 como forma de que València entrara sin complejos en el circuito internacional. Ningún teatro español había producido hasta entonces un "Anillo" completo y Schmidt lo hizo en Les Arts a partir de 2007 de la mano de Mehta y La Fura dels Baus.

Fue su gran momento desde que pisó Valencia. Un tiempo en el que sus emolumentos, gastos y forma de vida -se ha alojado siempre en hoteles, con coche y chófer- levantaron suspicacias y críticas públicas de los partidos de la oposición y privadas de varios miembros de los respectivos gobiernos populares. Schmidt -la mujer de los tres apellidos, como en su momento la llamaron porque también utilizaba el de soltera (Pittioni) y el de casada (Ganzarolli, por su marido el barítono italiano Wladimiro Ganzarolli, fallecido en 2010- se defendió asegurando que su ritmo de vida era el mismo que el que había llevado en el Covent Garden y que había respetado los límites salariales y de gasto marcados en 2013 por el entonces jefe del Consell, Alberto Fabra.

En ese mismo 2013 declaró por las contrataciones con la trama Gürtel, y en enero 2014 fue apartada de toda gestión económica de Les Arts. El 20 de enero de 2015 fue detenida e imputada por los presuntos delitos de prevaricación, malversación y falsedad. La investigacion se inicio tras un informe de la Intervención de la Generalitat de 2013 que concluyo que la intendente formalizo contratos que incumplían la ley, al adjudicar sin publicidad ni concurrencia contrataciones a una empresa de la que era consejera, Patrocini de Les Arts.

En una entrevista concedida a Levante-EMV cuatro meses después de aquella operación, Schmidt negaba haber cobrado comisiones ("No he pagado más o menos a Mehta o Plácido para coger un porcentaje") y señalaba al gobierno autonómico: "figuré en la empresa que cobraba de Les Arts porque la Generalitat quiso". "La herida sufrida es muy profunda, pero mi voluntad es recuperar mi salud, vivir y distanciarme de Les Arts", reclamaba. "Puedo ser una dama de hierro, pero dentro hay un alma muy sensible. Los artistas lo saben".

Sobre su gestión de 15 años al frente del coliseo operístico valenciano, Schmidt sentía "no haber hecho una gran campaña publicitaria internacional para atraer público, porque hemos producido oro y hemos vendido hierro". "Lo siento también por la orquesta -concluía-, con músicos brillantes jóvenes, con un ideal estupendo, que han trabajado fantástico, pero con la autofinanciación de cada espectáculo no hemos podido hacer más que títulos tradicionales. En un teatro internacional se mezcla lo tradicional con algo más sofisticado, porque el deber de un teatro con dinero público es educar".