Carlos Marzal y Jaime Siles inaugurarán un espacio taurino en la biblioteca municipal de Albuixech el viernes a las 19.30 en un acto que tiene como lema «Literatura y toros, cultura compartida», impulsado por la asociación taurina de la localidad de l'Horta Nord con la ayuda del ayuntamiento.

Los poetas valencianos presentarán la biografía novelada de Juan Belmonte que escribió Manuel Chaves Nogales en 1935 y disertarán sobre la trascendencia literaria del mundo del toro en la obra de Bergamín, Gerardo Diego, Alberti o García Lorca. La tertulia estará moderada por el periodista Jaime Roch y, durante el acto, también se expondrá, por primera vez, el último vestido de luces con el que Belmonte hizo el paseíllo en la plaza de toros de València, propiedad de la familia del que fuera novillero con picadores Andrés Traver «Saro», a quien el histórico espada le regaló el traje.

Carlos Marzal asegura que «entiendo la fiesta de los toros como una manifestación cultural más, que persigue sobre todo la emoción estética como la poesía, la novela, el cine, la música o la pintura». El poeta afirmó que «el hecho de que exista un espacio taurino dentro de una biblioteca pública me parece un acierto. Sin la literatura, sin el relato de lo que ha sucedido en el ruedo, los toros no serían lo que son. La tauromaquia también es, en cierto sentido, una variedad de la mitología, de la hipérbole literaria».

Marzal, Premio Nacional de la Crítica y Premio Nacional de Literatura, editó una antología titulada «Sentimiento del toreo» y reunió una muestra de poesía en «La geometría y el ensueño».Jaime Siles destacó, por su parte, que «este tipo de eventos que unen la literatura y la tauromaquia deben realizarse más a menudo porque fusionan dos disciplinas artísticas que forman parte de nuestra cultura». Siles es catedrático de Filología Latina y director del Departamento de Filología Clásica de la Universitat de València y tiene el Premio de las Letras Valencianas, entre otros.

Chaves Nogales, que moriría exiliado en Londres después de pasar por Francia, se acercó a Belmonte por su arrebatadora personalidad y su revolucionario concepto del toreo: aumentó el ajuste y potenció la lentitud y el temple gracias a la quietud de pies y el juego de brazos en una época en la que el toreo se basaba en el movimiento de quiebros y recortes.

Por ello, el «Pasmo de Triana» atrajo a los intelectuales de la época a través de conversaciones en el madrileño café de Fornos de la calle Alcalá y en el estudio bohemio del escultor Sebastián Miranda y logró entablar amistad con Ortega y Gasset, Pérez de Ayala, Gómez de la Serna, Julio Camba, Eugenio d'Ors, Gregorio Marañón, Azorín o Valle Inclán en su finca sevillana «La Capitana», mucho antes de que Ignacio Sánchez Mejías reuniera en «Pino Montano» a los poetas que formarían la generación del 27 para homenajear Góngora.

Los vecinos de Albuixech han contribuido con una donación de más 60 libros de temática taurina.