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Toros

Oreja para José Fernando Molina y Miguelito

Un monosabio sufre una cornada en el quinto novillo tras no poder refugiarse en el burladero

Oreja para José Fernando Molina y Miguelito

El novillero de Albacete, José Fernando Molina, y el valenciano Miguelito, cortaron una oreja en la novillada que cerraba el ciclo con motivo del 9 d'Octubre y bajaba la persiana de la temporada 2019 en el coso de la calle Xàtiva.

La tarde reunió a dos ilusiones del escalafón menor: Fernando Plaza y el propio Molina -ambos debutantes en el coso de la calle Xàtiva- que dejaron buena imagen y muestra de sus sólidas formas. El valenciano Miguel Senent, «Miguelito» completó el cartel de una novillada con picadores de José Luis Iniesta, floja de condición y desigual de presentación.

La faena de Molina al quinto del encierro marcó la diferencia por su planteamiento, sus formas y su fondo. El ejemplar fue el más astifino del encierro y, prueba de ello, fue la cornada de 12 centímetros con dos trayectorias que recibió un monosabio que guardaba el caballo de picar en el tendido de capotes. No llegó a refugiarse al burladero y fue cogido contra las tablas.

Molina destacó por su profundidad al natural. También mostró valor y seguridad para ligar una faena con gusto, entrega y disposición. Paseó una oreja tras una estocada trasera.

El joven de Albacete recibió al segundo de la tarde en la puerta de chiqueros, pero vio el pañuelo verde por tener cierta descoordinación y un defecto de visión. Molina volvió a recibir al sobrero en terrenos de toriles y se volvió a encontrar con un ejemplar falto de fuerzas que no aguantó dos muletazos seguidos. El espada hizo lo que pudo con disposición y entrega. Dejó una estocada desprendida al segundo intento tras aviso.

En el tercero, Miguelito manejó el capote con eficacia y variedad frente a un ejemplar que se vino arriba en banderillas. La clave de la faena del joven espada fue citar al ejemplar muy adelantado para llevarlo toreado en la muleta con ligazón y seguridad. Mató de una estocada baja que fue suficiente para cortar un trofeo. En el astado que cerró plaza y temporada, faltó limpieza en su labo y estuvo dispuesto. Manejó mal el esroque.

En el primero de la tarde, Fernando Plaza resultó volteado de manera muy fea, pero sin consecuencias. El capote de Sergio Aguilar mejoró al animal por su tiempo y su temple, pero resultó flojo y descastado.

Por el derecho se ajusto más y alargó su embestida con oficio y suavidad. Aguantó miradas en los personales ayudados por alto, sin mover un ápice y pasaportó al novillo de una estocada tendida y caída al segundo intento y necesitó un golpe de descabello.

El cuarto fue un novillo bien hecho, bajo y con el cuello descolgado. Plaza dejó la muleta en el hocico y llevó largo al ejemplar. Poderoso y entregado por el derecho, largo por el izquierdo en una faena larga que necesitó dos golpes de descabello tras estocada entera para poner punto y final. Fue ovacionado.

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