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Crítica musical

Gracias a Tolstoi

Gracias a Tolstoi

Obras de Schubert y Janácek

Sociedad Filarmónica de Valencia | Centro Cultural bancaja

Intérpretes: Cuarteto de Cuerdas SIGNUM (Florian Donderer y Anette Walther, violines; Xandi van Dijk, viola y Thomas Schmitz, cello)

Una simple ojeada a la partitura del Cuarteto no.1, de Leos Janácek, bastaría para desanimar al más bravío de los ensembles del género. El Cuarteto de cuerdas Signum se probó sobrado en todos y cada uno de los trances de la obra: se trata de una página de una complejidad tan enrevesada que roza inaccesible, originada por una obra de otro compositor (Beethoven) la cual motivó a Tolstoi a escribir su novela La Sonata a Kreutzer. Años después, Janácek plasmaría el ambiente y simbolismos con la misma visceralidad.

Los múltiples cambios de compás que van del sencillo compasillo hasta el 6/16 pasando por el 2/8, 6/4 o el 3/2, la convierten en un verdadero laberinto musical. Pero, a la vez -y afortunadamente- profundamente atractivo y hermoso por esa diversidad rítmica con la que el compositor moravo trufó cada movimiento, glosando en células de elaborado desarrollo, melodías de recuerdo eslavo, poniendo a prueba la habilidad de cada solista. Donderer y Walther al violín, van Dijk a la viola y Schmitz al cello (por alguna razón sus nombres no se incluyeron en el programa) se probaron como solistas de gran envergadura con la solera y veteranía acumulada desde 1994. Todos lograron momentos de transparencia sublime si bien la energía desbordada en los momentos de trazo grueso sonó excesiva para las dimensiones del «nuevo» auditorio de Bancaja, siempre de acústica más que agradecida. Una versión sencillamente electrizante.

Estos músicos alemanes, ya actuaron para la SFV en 2013, y estuvieron programados el pasado mes de abril con la pianista donostiarra Judith Jáuregui, concierto que debieron cancelar por fuerza mayor. Plato fuerte en esta ocasión fueron varias piezas cortas de Frank Schubert y el Cuarteto en la menor op.29, D804 del mismo autor. Van Dijk fue el responsable del arreglo del lied D677 (Los dioses de Grecia) que les sirvió para caldear el ambiente y calibrar la respuesta sonora a la vez de adelantar la calidad de su magisterio. También el viola fue el responsable del arreglo del lied D776 (Tu eres el reposo), tejido a modo de filigrana para su grupo.

Pulcra y elegante resultó su versión del Cuarteto Rosamunda, creando tensiones y un clímax de inquietud a través de la compleja caligrafía del texto donde obtuvieron un efecto cuadrafónico perfectamente diferenciado. Muchos aplausos y salidas a la escena, aunque no se pudo obtener el deseado bis. Una admirable sesión de cámara.

Técnicamente impecables y con preciso refinamiento musical, el Cuarteto de cuerdas «Signum» dejó una muy grata impresión.

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