El Consell Valencià de Cultura (CVC) ha celebrado este lunes un homenaje a la poeta alicantina Paca Aguirre (1930-2019), una escritora marcada por la tragedia de la Guerra Civil española y que "no se pudo permitir el lujo de olvidar porque la dinámica del país" lo hizo imposible.

Así lo ha aseverado la hija Aguirre y de Félix Grande y también poeta, Guadalupe Grande, quien ha participado en el acto junto a Ricardo Bellveser, José Luis Ferris y Pilar Verdú.

Bellveser ha hecho un repaso de los antecedentes y las vicisitudes familiares de Francisca Aguirre. La familia, que tuvo que exiliarse en Francia al final de la Guerra Civil, decidió volver a España, a Madrid, cuando se produjo la invasión alemana de Francia en la Segunda Guerra Mundial.

El padre, una figura vital en la obra de la poeta, fue detenido y ajusticiado en 1942. Bellveser ha recordado la casa familiar y las relaciones con autores que la visitaban, entre otras Luis Rosales, Buero, Delibes o Cortázar.

Por su parte, José Luis Ferris ha hablado de la obra de Aguirre, desde el libro 'Ítaca' de 1972, a los 42 años, que ganó el premio Panero, hasta 'Historia de una anatomía', de 2010, que le valió el Premio Nacional de Poesía 2011 y el Internacional Miguel Hernández el mismo año.

Ferris ha resaltado el "fondo machadiano" de su poesía y ha recordado que la poeta quemó toda su obra en 1966 después de la lectura del poema 'Esperando a los bárbaros', de Kavafis.

Fue entonces cuando empezó a escribir el poemario 'Ítaca', de contenido ético e intimista y base de toda la obra posterior, que continuó con 'Los trescientos escalones', de 1977, 'La otra música' (1978), 'Pavana del desasosiego' (1999), 'La herida absurda' (2006) y 'Conversaciones con mi animal de compañía' (2012).

La poeta Pilar Verdú ha compartido con los asistentes una 'Carta de amor hacia Aguirre', donde ha relatado la amistad que mantuvieron, que es "el éxito auténtico de una vida", ha dicho.

Finalmente, Guadalupe Grande ha dicho que el acto fundacional de la vida de su madre fue la Guerra Civil pero con un final que no fue tal, sino que significó 40 años más "de victoria". Ha explicado aquí que su madre "no se pudo permitir el lujo de olvidar porque la dinámica del país no se lo permitió".

Asimismo, ha recordado que la familia pasó hambre, pero que realmente sobrevivió "gracias a los libros". "Fue salvada por la cultura", ha dicho. Por eso, ha asegurado que prescindir de ella "significa la ruina, porque solo la cultura es la que permite la fraternidad y la conciencia". Para cerrar el acto, Guadalupe Grande ha leído 'Los trescientos escalones'.