Mujer, mar, memoria, humor, libertad, lucha, viaje, política, colonización, desarraigo, migración? La variedad de temas que trata Zineb Sedira en la exposición que inaugura hoy el IVAM, es más amplia, incluso, que sus modos de expresarlos. Y no son pocos: el vídeo, la fotografía, el dibujo, el collage, el cómic, la escultura, la maqueta, la instalación o el grabado componen un recorrido completo por la obra de esta artista nacida en París en 1963 y que ocupará la Galería 7 del museo valenciano hasta el próximo 26 de enero.

La riqueza de motivos y de formatos se corresponde también a la de voces y visiones que surgen de las obras de esta artista francesa de origen argelino y residente en Londres. «Unas tienen una voz más íntima y otras una voz más colectiva y más coral», destacaba ayer el director del museo, José Miguel G. Cortés, quien también habló de la «visión política» de Sedira que surge de la series de fotografías de edificios en ruinas, de la «visión del desarraigo» que representan las imágenes y maquetas de los barcos que naufragaron en alta mar, y de la «visión poética» que transmite La luz que nos guía, una de las videocreaciones de Sedira que se proyectan en la exposición y que muestra un camión que llega desde un lugar desconocido «e invita al público a pensar dónde irá, quién irá dentro y si llegará a su destino».

Las voces individuales, colectivas y universales y esa constante invitación a la reflexión del espectador han quedado unidas en A brief moment, la instalación que Sedira ha realizado expresamente para esta exposición, la primera individual de la artista francesa en España y que el IVAM ha montado en colaboración con la Fundación Gulbenkian de Lisboa y la Galería Nacional del Jeu de Paume de París. Se trata de una reproducción del salón de la casa de la artista en Londres, un espacio ocupado por muebles, cuadros, discos, películas y libros de la década de los 60. «Construí un universo personal en torno a esa década y a través de los conceptos que representaban los objetos», explicaba ayer ante los medios de comunicación.

En esta instalación, más que mostrar un afán coleccionista, la artista invita al espectador a sentarse y reflexionar sobre una época que de alguna forma ha marcado su obra y la ha identificado con los movimientos políticos y culturales anticolonialistas que tuvieron una de sus grandes expresiones en el Festival PanAfricano que se celebró en Argelia en 1969. «Ese movimiento militante fue modelo para mucha gente, como por ejemplo en la lucha por los derechos civiles en EE.UU., el movimiento contra la guerra en Vietnam, mayo del 68 o incluso Woodstock», subrayó.

Aunque el origen de Sedira es argelino, y aunque solía visitar el país en los veranos de su infancia y adolescencia, la artista explica que no conoció bien la tierra de sus padres hasta un viaje a fondo que realizó en 2005. Desde entonces, Argelia es uno de los motivos centrales de su creación artística y casi la columna vertebral que recorre la exposición del IVAM.

La historia reciente del país norteafricano es, por ejemplo, la protagonista de la instalación Laughter in hell, en la que Sedira ha recuperado las caricaturas de la prensa de los años 90, en la conocida como «década negra» de Argelia, cuando el gobierno se enfrentó en una auténtica guerra a los islamistas.

Así, la autora rinde una especie de homenaje a los periodistas e historietistas que usaron el humor negro para enfrentarse a los terroristas y, de alguna forma, exorcizar el horror. Como recuerda Laughter in hell, 103 de estos caricaturistas fueron asesinados, una circunstancia que a Sedira le obligó a suspender durante un año la creación de esta obra cuando de nuevo el terrorismo islamista provocó una matanza en la redacción del semanario satírico francés Charlie Hebdo.

En Mother, Father and I, un vídeo realizado por Sedira en 2001, también se refleja el pasado de Argelia, en este caso como la colonia que fue de Francia durante 130 años. En la instalación, y a través de una triple pantalla, la familia de la artista recuerda las vejaciones y represión que sufrieron los argelinos bajo el yugo francés.

Esa época colonial también queda reflejada de manera poética e incluso fantasmal en las imágenes que componen las series de fotografías Haunted Houses y Framing the View. En ellas, edificios abandonados que en la época de ocupación francesa fueron utilizados como salas de interrogatorio o tortura y las casas construidas por los antiguos colonos sobre las ruinas de la arquitectura autóctona, se mantienen en pie como testimonio de un tiempo que dificilmente desaparecerá del imaginario colectivo de los argelinos.

En Shapir proyecta la travesía de un barco que une Argelia con Francia y marca el profundo abismo cultural, social e histórico que separa dos continentes a través del Mediterráneo. Y en las series Sugar Surface y Sugar Silo refleja la conexión entre la explotación económica de los países colonizados y las antiguas rutas que seguían las caravanas de esclavos. Al final del recorrido por la Galería 7 del IVAM, la inevitable sensación de desarraigo y desolación se mezcla de forma extraña con el orgullo por los orígenes y el viejo afán de la libertad.