El valenciano Salvador Pla, nombrado «Pastelero mundial 2018» por la Unión Internacional de Panadería y Pastelería (UIBC), acaba de lanzar al mercado un brioche concebido para llevárselo de viaje, elaborado netamente con productos valencianos y que ha bautizado como «Pla pel món».

Desde su nombramiento como mejor pastelero del mundo hace año y medio, la tienda de Salvador Pla, denominada Monplá, experimenta un tráfico de visitas superior al habitual y muchos de ellos procedentes de fuera de Valencia, lo que le llevó a idear este producto menos perecedero.

«Desde que me concedieron este galardón, nos visitan muchos clientes de diferentes provincias de España y del extranjero. Tenía que sacar un producto para ellos, un dulce de viaje y que sintetice nuestra especialidad», explica.

La «especialidad» más significativa de Salvador Pla tiene como nombre «Terreta» y es el postre que sirvió a los asistentes a la cena de gala en la que recogió el premio de mejor pastelero del mundo. Este dulce es el producto estrella de la pastelería Monplá y consiste en un mousse de naranja, bizcocho de calabaza ecológica, crujiente de cacahuete del collaret, cava de Requena y gelificado de mandarina, todos ellos productos valencianos.

Inspirado en este postre, 'Pla pel món' se adapta a la singularidad de ser un dulce que debe conservarse fresco con el paso de las semanas y sin refrigeración.

«Es un brioche valenciano por excelencia, hecho con productos de kilómetro cero, con una textura tierna, muy acorde a nuestra cultura, y con un sabor especial con matices de nuestra tierra», sintetiza.

El pastelero valenciano reconoce sentirse «muy identificado» con este dulce: «Lo llevaba en mi cabeza más de un año y por fin ha visto la luz. Tenía claro que debía tener productos de la tierra valenciana, de proximidad», añade.

«Pla pel mon», que se vende con un empaquetado especial, lleva «calabaza asada ecológica de Náquera, naranja valenciana de variedad 'navelina' confitada artesanalmente, almendra 'marcona' tostada, pipas de calabaza tostadas, masa madre de cultivo propio, mantequilla, aceite de oliva, yemas de huevo, harina de trigo, azúcar miel y sal».

Y especifica que no estamos ante un panquemado ni un panetonne: «Es un brioche valenciano, no tiene comparación con nada. Se conserva tierno y jugoso durante días debido a su proceso y el aporte de nuestra masa madre de cultivo propio», explica el pastelero.

Respecto a la estructura de este dulce recién nacido, Pla argumenta: «Es un brioche esponjoso y tierno, con un gran sabor, donde nos vamos encontrado los matices de nuestra naranja y el crujiente de los frutos secos tostados. Tiene una textura única».