El diseñador gallego Adolfo Domínguez fue galardonado ayer con el Premio Nacional de Moda que otorga anualmente el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y que está dotado con 30.000 euros. El jurado, presidido por Román Fernández-Baca Casares, director general de Bellas Artes, eligió a Domínguez (Orense, 1950) por «su significación en la historia contemporánea de la moda de España».

En su resolución, el jurado recordó el eslogan histórico de Adolfo Domínguez de «la arruga es bella», que habla «de su gusto por lo natural, destacando la sobriedad y libertad y su convencimiento de que la ropa es nuestra segunda piel». Su «importantísima» expansión internacional ha tenido mucho que ver en la concesión de este premio por el que se le reconoce su «capacidad y sensibilidad para difundir el diseño y creación de moda española».

Adolfo Domínguez estudió Filosofía y Letras en Santiago de Compostela y después se trasladó a París, donde estudió Estética y Cinematografía. Después de una larga estancia en Londres regresó a Galicia para crear, a partir de la empresa de sastrería de su padre, una empresa que ha sido pionera dentro del sector textil. En los años 90 Domínguez se convirtió en el primer diseñador en comercializar una gama completa de perfumes con su nombre y en la primera marca de moda española con presencia en el mundo bursátil.

Los vaivenes de la economía llevaron a la empresa a cerrar con números rojos su ejercicio fiscal de 2016, aunque en los últimos ejercicios ha ido consiguiéndo reducir sus pérdidas.