El extrabajador de la Fundación del Palau de les Arts que denunció las supuestas irregularidades en la gestión del coliseo operístico ha ratificado este jueves ante el juez lo que ya advirtió por escrito en el anónimo que tituló "Informe Diógenes" y que dio origen a este proceso.

Confirmó ante las facturas hinchadas que recibió de parte de la mercantil que administraba Pablo Broseta, "que llegaban a multiplicar por seis el importe real de los trabajos", y el caso omiso que le hizo la exintendente del coliseo, la fallecida Helga Schmidt, ante la advertencia de los hechos. "Ella me respondió diciéndome que no respondía a la verdad", ha explicado.

A preguntas del fiscal, este testigo ha detallado ante la sección segunda de la Audiencia de Valencia cómo en abril de 2008 la exintendente del Palau, la recientemente fallecida Helga Schmidt, le informó sobre la decisión de externalizar la gestión de los patrocinios en favor de dos de los empresarios imputados en esta causa.

Gracias a esta gestión externa, según el informe del fiscal, estos empresarios lograron cobrar comisiones en la renovación de patrocinios que ya existían, sin lograr ampliar el plantel de firmas colaboradoras.

Por otra parte, también ha explicado cómo advirtió a sus superiores de que la firma de otro de los procesados, Pablo Broseta, que concurrió al contrato para la impresión de folletos promocionales, "no tenía ninguna estructura empresarial detrás", "no cumplía con los requisitos" y cobraba seis veces más.

En este juicio se acusa por delitos de prevaricación, malversación de caudales y falsedad documental al ex director financiero del Palau, Ernesto Moreno, al empresario Joaquín Maldonado, al abogado José Antonio Noguera y al excónsul de Francia en Valencia y empresario Pablo Broseta, que se enfrentan a penas de 8 años en el caso del primero y 7 el resto.

Hasta su reciente fallecimiento, a finales de septiembre, Schmidt constó también como investigada por prevaricación y malversación.

Según el fiscal, Maldonado y Noguera actuaron como consejero delegado y presidente, respectivamente, de la empresa Patrocini de Les Arts, puesta en marcha para la captación de patrocinadores para el Palau, mientras que Broseta lo hizo como administrador de la sociedad Radcliffe, mercantil que actuó de intermediaria en varias contrataciones del coliseo.

Esta sociedad intermediaria generaba, según ha determinado la instrucción, un aumento desproporcionado e injustificado de los servicios prestados.

Para ello, suscribieron una serie de contratos prescindiendo del procedimiento legal establecido, que supusieron un "grave perjuicio para la hacienda pública, estimado en 42.500 euros en relación a Patrocini de les Arts y de 383.073 por la organización de 'Viva Europa'".

Además, Schmidt, Moreno y Broseta suscribieron varios contratos con la mercantil Radcliffe, propiedad de este último, para la prestación de servicios de impresión de diverso material para el Palau que fueron objeto de facturaciones con sobreprecio y que causaron unos perjuicios valorados en 303.016 euros.

La vista se ha iniciado con la intervención del primer testigo, ya que se ha acordado que los procesados declaren tras escuchar a todos los citados.

El autor del "informe Diógenes" y extrabajador del Palau de les Arts entre 2005 y 2010 ha explicado que las labores de búsqueda y gestión de patrocinios las hacía un departamento interno del Palau integrado por tres personas hasta 2008, cuando se decidió externalizarlas a través de Patrocini de les Arts, de la que Schmidt formó parte junto a Noguera y Maldonado.

La labor de esta sociedad no fue exitosa "en absoluto", según este testigo, ya que "se perdieron patrocinios" e incluso algunas grandes empresas, "como Iberdrola, manifestaron su oposición a negociar" con esta firma interpuesta.

Según su testimonio, meses después de esta externalización Schmidt despidió a la responsable del departamento de patrocinios.

"Iberdrola envió un correo en el que indicaba que no quería seguir negociando con Patrocini de les Arts, quería hacerlo con la fundación del Palau directamente, como lo había hecho anteriormente. La responsable del departamento de patrocinios se asustó y se lo trasladó a Schmidt, y esa misma tarde fue despedida. Tuvo que abandonar el edificio de inmediato, la acompañaron a la puerta", ha agregado.

Sobre las adjudicaciones a Radcliffe, este testigo ha asegurado que Moreno le presentó a Broseta como "un buen amigo que quiere trabajar con nosotros", a pesar de lo cual él informó negativamente sobre los contratos con los que fue beneficiado porque, a su juicio, la propuesta empresarial "no reunía las condiciones artísticas ni parecía que hubiese una estructura empresarial detrás".

Además, ha asegurado que detectó errores de gramaje y descriptivos en los folletos impresos por Radcliffe, así como un "importe excesivo en comparación con los encargados anteriormente a otras empresas".

"Yo se lo advertí a la intendente. Ella me dijo que pidiese un presupuesto alternativo, para comparar. Comprobamos que los de Radcliffe multiplicaban el precio por seis", ha detallado.

"Me quejé a Radcliffe y ellos justificaron esos precios en la urgencia con la que se había realizado la impresión, dijeron que había tenido que trabajar de noche -según el testigo-. Tras esto, me enviaron otra factura, pero seguía siendo tres o cuatro veces más alta que la del resto de proveedores a quienes pedimos presupuesto".

Tras estos hechos, este extrabajador ha explicado que remitió una carta a Schmidt en la que cuestionaba la labor de Moreno y alrededor de un año después fue despedido "por pérdida de confianza".

"La reacción de Schmidt a esa carta supuso un punto de inflexión, yo le confié mis sospechas... Ella me contestó dos o tres días después, me dijo que lo que yo decía no respondía a la verdad, y supuse que, de alguna forma, me había convertido en un obstáculo. No entendí que ella no actuara, me hizo pensar que había alguna razón para ello", ha agregado.

También a preguntas del fiscal, este extrabajador ha apuntado que, entre otras personas, remitió su informe al entonces director general de Economía, Eusebio Monzó, quien, según ha asegurado, le comunicó que le parecía grave lo que estaba denunciando, se comprometió a trasladarlo y le recomendó dejar la fundación para ser "restituido" posteriormente.