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Séptimo arte

F. González Molina: "La gente busca respuestas irracionales en partidos dudosos"

El director presenta en València "Legado en los huesos", adaptación de la novela homónima de Dolores Redondo

El director de «Legado en los huesos», Fernando González Molina, ayer, en los ABC Park. germán caballero

Hace solo unos días, la escritora Dolores Redondo visitó València para presentar su última novela, La cara norte del corazón, precuela de su exitosa Trilogía del Baztán. Ayer, el espíritu del valle navarro regresó a la ciudad esta vez en formato cinematográfico. Fernando González, director de las tres adaptaciones cinematográficas de la saga literaria, presentó en los cines ABC Park la segunda entrega: Legado en los huesos.

La cinta, protagonizada por Marta Etura, llegará a los cines el próximo 5 de diciembre. En ella, la inspectora Amaia Salazar vuelve a enfrentarse a su pasado, al mal, y a una madre que no solo no la quiere, sino que quiere herirle en lo que más duele. Una segunda película que, además, enfrenta a la protagonista a la dualidad entre inspectora y madre.

González explicó que la idea siempre fue hacer las tres novelas. «Empezamos con El guardián invisible hace tres años y vimos el potencial, así que las dos siguientes las rodamos de manera conjunta», en un proceso que les ha llevado unos siete meses no exentos de dificultades por lo poco habitual de esta dinámica y para optimizar recursos.

Sobre la cinta, su director aseguró que trata sobre el mal y la maternidad, abordado los distintos tipos de maternidades que hay. «Las personas buscan respuestas más allá de lo racional, como en sectas o partidos políticos de dudoso calado».

Al respecto, señaló que «las novelas de Dolores Redondo están arraigadas ahí, están muy centradas en el bien y en el mal y teníamos que ceñirnos a lo que ella contaba en sus novelas». Pese a eso, recordó que durante el rodaje de la primera película «los comienzos fueron duros» y «lucharon» para llevar la historia cada uno a su terreno: una al literario, «por la integridad de los personajes» y otro al cinematográfico. Pero, finalmente, dijo González, «Dolores Redondo confió mucho» y «le gustó el resultado».

El director confesó, además, que la decisión de rodar la segunda y tercera parte seguidas no ha estado exenta de riesgos y cierto miedo: «¿y si no va bien esta, qué pasa con la tercera?», dijo que llegó a plantearse. «Pero había que hacerlo así para asegurarnos de que se iba a contar todo bien», sostuvo. De hecho, aseguró, «esta película gusta más, incluso, que la primera».

Recordó también que a Dolores Redondo le rechazaron al principio las novelas «por ser demasiado locales». En su opinión, concluyó, «cuanto más local es algo, mejor viaja».

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