Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Crítica musical

Mafalda crece, pero no desfallece

Mafalda crece, pero no desfallece

En la industria musical, llegar a los diez años es mucho que celebrar. En ello están los valencianos Mafalda, cuyo mérito es mayor si admitimos que facturan una música incómoda y dura, con mensajes ásperos y politizados en extremo. Parte fundamental de su éxito se debe a una enorme cantidad de seguidores que les permiten llenar sin teloneros y en dos noches consecutivas una de las salas más grandes de la ciudad. En la primera de sus actuaciones, el pasado jueves, los nueve músicos levantaron su estructura de furia antisistema utilizando un sonido contundente, con la electricidad deudora del metal contemporáneo, la velocidad heredada del hardcore punk y la calidez festiva del ska jamaicano que, durante más de dos horas, fue un envoltorio para las incendiarias proclamas que escupían con ferocidad sus tres cantantes. Feminismo, antifascismo, autogestión, respeto, justicia social, revolución, igualdad, solidaridad, conciencia medioambiental y anticapitalismo son conceptos presentes en cada composición. Con ellos levantan un discurso de trazo grueso pero que a veces resulta escalofriante por lo certero, tal como demostraron en «Ya te llamaremos», mientras que «Libre y salvaje» y «Desde el suelo» subrayaron la tremenda conexión que tienen con sus fans, que se maquillan como ellos y asumen y repiten las consignas que proyectan desde el escenario.

Cuando interpretaron «La Rosa» subieron antiguos colaboradores para aportar unos metales que acentuaron sus matices caribeños, al igual que ocurrió en «La Llorona». No cesaron de aparecer invitados que resaltaron el carácter especial de la velada, como cuando Monty Peiró prestó su voz más heavy a «Nuberu». En la agresiva «Miedo al miedo», Bárbara, Vera y Marcos demostraron que saben hacer preciosas armonías vocales por encima de la apisonadora que arrolló «Deconstrucción» y «Asumiendo todo el miedo», con su inquietante y doloroso lamento por la violencia de género. Tras el panteón de heroínas en «Las que faltaron» y la sacudida rítmica de «La colmena», Mafalda se despidió con la estupenda «En guerra», apuntalada por una proyección de mujeres dejando constancia de su propia existencia, miserablemente negada por el machismo en tantas ocasiones.

Compartir el artículo

stats