Un cuadro de Emiliano Zapata desnudo y con zapatos de tacón ha desatado la polémica en México. La Revolución, del artista mexicano Fabián Cháirez, se exhibe en el Museo del Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, donde el pasado miércoles se personaron unos 200 campesinos exigiendo a la pinacoteca que retirara el lienzo de su exhibición, que según ellos, «denigra» la imagen del revolucionario.

«Es una ofensa contra nuestros líderes revolucionarios. Pretenden quitar del imaginario colectivo la imagen de lucha revolucionaria de hace 100 años. Deben retirar esa pintura», expresó uno de los manifestantes en el interior del museo. «¡Que la quemen, que la quemen», era la consigna de los manifestantes, quienes encararon al director del museo, Miguel Fernández Félix, quien los llamó al diálogo y les dijo que eran bienvenidos al recinto.

La obra forma parte de la exposición «Emiliano. Zapata después de Zapata», una muestra para conmemorar los 100 años del asesinato del célebre revolucionario.

Clamor por la diversidad

«No esperaba esta reacción. Hay temas que creía ya superados o bajo control: la inclusión, el respeto a la diversidad o a lo diferente. Temas como el machismo, la misoginia, la homofobia?», aseguró el artista del lienzo a la cadena BBC. La interpretación de Cháirez rompe con la «hipermasculinización de los héroes revolucionarios y los roles de género que la Revolución dejó: el hombre que salía a luchar por la tierra; la mujer, la Adelita, que lo seguía para alimentarlo».

Pese a que Zapata aparece en otras obras con un mandil, una escoba y un detergente en la mano, o incluso como si fuera un ratón, ha sido esta interpretación del revolucionario desnudo, con rasgos femeninos y en tacones la que ha molestado a la familia y también a grupos afines. Su nieto Jorge Zapata advirtió que presentará una acción legal contra Chairéz.

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, calificó ayer de «homenaje» la obra. «Al gran líder Emiliano Zapata le dedicamos este año, con todos los homenajes. Eso mismo (en referencia al cuadro) es un homenaje al general Zapata, en el marco de las libertades que existen y se deben garantizar», opinó el mandatario en su conferencia matutina en el Palacio Nacional.

El presidente se mostró convencido en que fueron dichas agrupaciones campesinas -y no la familia Zapata- quienes llevaron a cabo este martes el altercado en el Palacio de Bellas Artes.

López Obrador, un firme defensor del legado de Zapata, aseguró que no se incomoda por esta obra. «Yo soy amante de la libertad, si no fuese presidente podría estar coreando en las calles '¡Prohibido prohibir!'. Pero como presidente de México tengo que buscar la conciliación y lograr que no se afecten las libertades, pero que al mismo tiempo se escuche a todo y haya diálogo», apuntó el mandatario.

Reconoció que no había visto la obra pero aseguró que pronto lo hará y explicó que ya había instado a la Secretaría de Cultura a buscar el diálogo entre las partes para que se solucione la polémica. «Hay que buscar el acuerdo. Pero, al mismo tiempo, los artistas tienen toda la libertad y no puede haber censura», remarcó.